2018 se presentaba como el año en el que muchas de las concesiones de Costas en terrenos marítimo-terrestre en el municipio llegarían a su fin y miles de metros cuadrados dejarían de tener sus usos actuales. Sin embargo, la situación poco ha variado con el ejercicio a punto de finalizar y la principal variación ha sido el cese de actividad de Elnosa, ya en proceso de desmantelamiento.

Concesiones como la de Ence dispone de una prórroga hasta 2073 y la Xunta logró regularizar la de la depuradora de Placeres, a la espera de que se concreten sus planes de ampliación. Tampoco hay novedades con el complejo de servicios junto a la Xunqueira de Alba.

Pero del mismo modo que esos miles de metros cuadrados mantienen sus actividades, hay otras decenas de hectáreas en el casco urbano, incluidas dentro del deslinde de Costas que aguardan desde hace años que sean desafectadas ya que su vinculación con el litoral es meramente de "vecindad", mientras que su consolidación como suelo urbano es total.

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Se trata de muchos de los terrenos situados a ambas orillas del río Lérez, especialmente al Norte, y que albergan un sinfín de edificios públicos.

El Pabellón Municipal de Deportes, el multiusos de A Xunqueira, la sede de la Escola de Forestais del campus, parte de la avenida de Compostela, la calle Juan Manuel Pintos, el colegio A Xunqueira I y el instituto A Xunqueira II, la Escuela de Idiomas o el centro de formación del profesorado son algunos de los inmuebles levantados en terrenos marítimo-terrestres y que pertenecen a diversas administraciones públicas.

Otros inmuebles

Pero no son los únicos. También están dentro de este deslinde la antigua sede de Magisterio (ahora Escuela de Adultos) y el colegio Vidal Portela, los campos deportivos de A Xunqueira y buena parte del Centro Galego de Tecnificación Deportiva (CGTD), así como parte de los terrenos de Tafisa e incluso toda la cabecera Norte del puente de O Burgo, donde el Concello tiene en marcha un ambicioso plan de remodelación.

Estas edificaciones y espacios públicos se asientan sobre terrenos que no son de los titulares de esos servicios, sino que están en manos de Costas, dentro de un complejo deslinde marítimo-terrestre que incluye también toda la Illa das Esculturas pero no el Recinto Ferial ni el Pazo da Cultura. Tampoco forman parte de ese dominio la calle Alexandre Bóveda y los centros educativos situados en ella y con acceso desde la propia calle.

Entre los terrenos que también están aún afectados por Costas en toda la orilla norte del río y dentro del casco urbano, figura la amplia explanada de aparcamiento frente al Pabellón, un lugar que se utiliza desde hace años como aparcamiento disuasorio pero con un firme muy deficiente que debe ser acondicionado cada año ya que Costas ni permite una pavimentación más permanente.

Una antigua petición

Con el fin de resolver este "puzzle" de titularidad de terrenos, el gobierno local emprendió hace años negociaciones con la Jefatura Provincial de Costas para lograr la desafectación de esos miles de metros cuadrados, de modo que los terrenos pasen a ser de titularidad de las administraciones que ya son dueñas de los edificios en ellos construidos. Hace año y medio, en mayo de 2017, se realizó desde el Concello la solicitud oficial a Costas.

En este caso se trataba de que los terrenos pasaran a manos del Concello (sobre todo los pabellones y calles), la Xunta (los centros educativos) y la Universidade de Vigo, por las instalaciones del campus, en especial Forestais.

Sin embargo, un año después, aquellas negociaciones que había anunciado el gobierno local no avanzaban, por lo que se optó por una segunda vía: solicitar una concesión sobre los terrenos de uso municipal por 50 años. Pero esta fórmula se limitada solo a algunas parcelas y de forma obligada, ya que caducó la concesión anterior y el Concello no tuvo más remedio que solicitar una prórroga de la concesión de uso otorgada hace algo más de medio siglo. La solicitud se centra en la Illa das Esculturas y, sobre todo, en los campos de fútbol próximos al campus.

La anterior ocupación de los terrenos fue firmada por Costas el 7 de noviembre de 1966 y por un periodo de cincuenta años, de modo que caducó hace ya dos años. Sin embargo, el gobierno local tardó 17 meses en activa la solicitud de prórroga, que se consideraba "factible" ya que no había variación en el uso de esos terrenos, toda vez que se trata de un aprovechamiento público. Sin embargo, a día de hoy no hay todavía respuesta en uno u otro sentido.

Las desafectaciones que se solicitaban van más allá del entorno de A Xunqueira, ya que se tramita también un proceso similar para el solar de los circos, en Mollabao, donde el Concello quiere ejecutar un vial de conexión entre la PO-546 y la autovía de Marín, dentro de un plan de reforma urbana en todo ese ámbito. Se da la circunstancia de que la Xunta ya cedió hace tiempo al Concello un tramo de 500 metros de la carretera vieja de Marín, pero no llega la concesión de Costas. De este modo, el gobierno local no ejecuta obra alguna en mejorar la situación de la calle Rosalía de Castro, como exigen los vecinos desde hace años, y que anuncian nuevas medidas de protesta por estos retrasos.

Reformas

Sea como sea, la transferencia de la titularidad de estos terrenos al Concello -y a otras administraciones públicas- facilitarían la ejecución de determinadas obras. Es el caso del aparcamiento disuasorio frente al Pabellón, cuya desafectación abriría la puerta al Concello a actuar de forma más definitiva en ese recinto, situado al borde del río Lérez y que abarca desde el puente de O Burgo hasta el de Santiago.

Al margen de que ya no sería necesario solicitar permiso a Costas para acondicionar la zona cada año (repleto de socavones y baches que forman grandes charcos con las lluvias), también facilitaría su incorporación al plan que acaba de adjudicarse, por dos millones de euros, para peatonalizar el puente de O Burgo y reordenar todo su entorno.

De hecho, en el proyecto no se incluye nada relacionado con esos terrenos, así como tampoco la estación de servicio de la zona, pero sí en una franja de dominio marítimo-terrestre en la confluencia de Juan Manuel Pintos, Domingo Fontán y la avenida da Coruña. En ese punto, el proyecto del puente de O Burgo apuesta por eliminar la rotonda actual, reducir el tráfico y crear una plaza arbolada. La circulación se limitaría el eje entre Domingo Fontán y Juan Manuel Pintos, aunque se mantendrían los dos sentidos actuales.