La guerra de 2006 entre Israel y la milicia de Hezbollah terminó con un alto el fuego decretado por Naciones Unidas y el despliegue de hasta 15.000 cascos azules en una zona desmilitarizada de la frontera libanesa israelí. Una franja que estaba delimitada al norte en casi todo su recorrido por el río Litani y al sur por la conocida como "Blue Line". Esta zona debe permanecer desmilitarizada y velar por los cumplimientos de paz es una de las misiones de los cascos azules que patrullan la zona.

Esta zona desmilitarizada fue dividida en dos sectores. El oeste, bajo mando italiano, y el este bajo mando español. La mayoría de los casi 800 soldados de la Brilat tendrán como principal base la Miguel de Cervantes,de Marjayoun. Una población de mayoría cristiana no muy lejos de la Blue Line. La franja cuya protección estará bajo el mandato del general de la Brigada Galicia, Antonio Romero Losada, tiene unos 63 kilómetros de frontera con Israel y una profundidad que varía entre 25 kilómetros en la zona más ancha y los 6 kilómetros de la zona más estrecha.

Aunque la situación actual es de aparente calma, los efectivos de la Brilat no deberán bajar nunca la guardia dado que bajo su responsabilidad están algunos de los "puntos calientes" históricamente más conflictivos de esta frontera. Se trata, por ejemplo, de la posición española de Al Ghajar, una ciudad que la "Blue Line" dibujada tras la guerra partió literalmente en dos. Está muy próxima también a del territorio conocido como "Granjas de sheeba", un territorio cuya soberanía se mantiene en disputa desde hace medio siglo entre Líbano e Israel. Es en esta zona en donde perdió la vida el último soldado español muerto en acto de servicio en Líbano, el cabo Francisco Javier Soria Toledo, tras el alcanzado por el fuego israelí en respuesta a un ataque de las milicias libanesas. Ocurrió en enero de 2015.

Otro de los puntos conflictivos se sitúa por ejemplo en el puesto avanzado español de Kafer Kela, o en la conocida como Puerta de Fátima, un puesto fronterizo con Israel que son tristemente conocidos por la cantidad de incidentes que han tenido lugar en sus proximidades.

Otro de los principales problemas es que la denominada Línea Azul no está muy definida en algunos de estos enclaves, así como que en algunos de ellos todavía están activos numerosos campos de minas a pesar de que la misión española ha logrado retirar, entre 2006 y 2016 casi cinco mil artefactos, limpiando de explosivos casi medio millón de metros cuadrados de terreno.

La situación con la población local es, en general, tranquila y la relación es bastante buena, entre otras cosas por la labor de los ingenieros españoles o los programas de cooperación.

Es una zona, también, fronteriza con Siria por lo que la evolución de este conflicto es un factor que se debe tener en cuenta.

En su labor de patrulla de la "Blue Line" los soldados de la Brilat no están solos. Bajo el mando del general de la Brigada Galicia estarán unos 3.500 cascos azules de distintas nacionalidades. Al batallón español, con integrantes también de Brasil y Serbia; hay que sumar también efectivos de la India, El Salvador y batallones nepalíes e indonesios.

Los soldados de la Brigada Galicia no solo deberán estar atentos a brotes de violencia entre los dos contendientes en este conflicto, el general de la Brilat ya advirtió en varias ocasiones que otro de los peligros puede venir de los miles de kilómetros de patrulla (15 millones de km en diez años) por caminos que en muchas ocasiones están en muy malas condiciones. Es por ello que se entrenaron de manera específica en conducción en circunstancias difíciles para evitar accidentes.