"Él era un ser puro. Si te besaba, no pasaba nada, si tú pensabas mal de ese beso, el pecado era tuyo, no de Miguel", explicó M.P., quien entró en la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel a los 15 años y permaneció en la agrupación desde 1991 hasta 2012. Conoció a Miguel Rosendo, el supuesto líder, porque su madre la llevó a la "consulta" que tenía en el barrio del Calvario, en Vigo. Su padre y su hermana también estaban en la Orden, pero solo ellas llegaron a vivir en la llamada "Casa Madre" en Mougás, municipio de Oia.

Esta testigo explicó que inició un noviazgo y posteriormente contrajo matrimonio con su marido, también migueliano, por orden de Miguel Rosendo, con la esperanza firme de que gracias a este enlace "se iban a acabar los abusos sexuales", según explicó ante el tribunal.

"Me casé con Fernando sin quererlo, aunque feliz, porque creí que gracias a ese matrimonio se iban a acabar los abusos sexuales". Explicó que los abusos nunca fueron consentidos, pero reconoció que al principio "los vi siempre como algo normal, natural".