La medida ha sentado como un jarro de agua fría entre los autónomos locales. Aunque el Gobierno se ha comprometido a mantener al margen la cuota que los trabajadores por cuenta propia tienen que abonar a la Seguridad Social, sí se les incrementan los costes salariales de los trabajadores que tienen contratados.

Y en esta situación están muchos de los autonómos locales, que para poder desarrollar su actividad productiva contratan a alguien que les ayude. "En todos los sectores, a pesar de que se habla mucho de que hay una recuperación económica, se contiene el gasto. Se puede mantener un puesto de trabajo con mucha dificultad.Si incrementas los costes, deja de ser rentable".

Desde esta asociación profesional advierten también de ciertos "riesgos" sobre el empleo de los más desfavorecidos, "que se incrementan cuanto más pronunciada sea la subida". A mayores apuntan a una posible congelación salarial futura en los diferentes convencios sectoriales, a un incentivo para la economía sumergida y la ralentización de la creación del empleo.

"La gente será más reacia a darse de alta como autónomo. En el caso de prestaciones de servicios eventuales que no superen el salario mínimo interprofesional, ya que aunque estos trabajadores tienen el compromiso de rendir cuentas fiscales, no están obligados a darse de alta en autónomos", apuntan desde APA.

La medida tiene una valoración diferente desde la Federación Gallega de Centros Comerciales Abiertos de Galicia. Enrique Núñez reconoce que fijar en 900 euros el salario mínimo es una medida necesaria, pero "no subiendo la carga impositiva de las empresas".

Núñez considera que hubiese sido más ventajoso un acuerdo que mantuviese el coste Seguridad Social a cargo de las empresas, o una reducción en esta aportación proporcional a la subida efectiva que percibiría el trabajador. "Eso sí tendría un reflejo claro en la dinamización económica, ya que no dispararía el coste laboral de cada trabajador". Núñez, que cifra en más de 2.000 euros anuales el incremento del coste para el empresario por cada trabajador, pone en cuestión las ventajas que tendrá la medida a largo plazo. "Habrá que esperar un tiempo para comprobar si esa decisión tiene reflejo en la contratación. Hay que tener en cuenta que las empresas buscan rentabilidad. Si los ingresos no aumentan y los gastos sí lo hacen, hay que ajustar".