La entrada trasera del Hospital Provincial, en la calle Joaquín Costa, se convirtió ayer en el primer inmueble de la ciudad que dispone de un vado de garaje totalmente legal y regularizado. Con esta primera entrega simbólica de las nuevas placas, que contarán con un número de registro municipal hasta ahora inexistente, el Concello pone en marcha la regularización de estas autorizaciones, después de siete meses de revisión previa para conocer el número exacto de garajes.

Solo en el casco urbano, salvo Monte Porreiro, existen 1.350 vados, a los que se deben sumar otros centenares en el rural. A partir de ahora, el Concello enviará cartas a todos los titulares con el fin de explicarles la situación de su edificio, ya que hay casos de personas que pagan las tasas pero carecen de licencia, permisos que no abonan las tasas y otros casos, entre ellos los de aquellos que compran una placa en una ferretería y la colocan en la puerta de su garaje sin pedir licencia ni darse de alta.

Múltiples anomalías

De hecho, uno de los problemas del sistema era que las placas carecían de registro y control municipal, lo que supuso pleitos judiciales. En marzo de 2017, el juzgado Contencioso Administrativo 3 de Pontevedra anuló la multa impuesta a un conductor por aparcar ante un vado permanente, condenando en costas al Concello además de recordarle que la situación actual en Pontevedra no cumple con lo especificado en el Reglamento de Circulación. En la misma sentencia, el juzgado hace alusión a otro fallo anterior en este mismo sentido, del año 2012. El PSOE logró poco después un acuerdo unánime del pleno para hacer frente a estas anomalías y que ahora se pone en marcha.

La concejala Carmen da Silva asistió ayer, con responsables del Sergas, a la colocación simbólica en el Hospital, y señaló que los vecinos deben aguardar a recibir la carta municipal, donde se les explicará qué pasos deben dar. El proceso no implica coste alguno para los titulares, más allá de la tasa anual de 24,63 euros por la reserva de vía pública.

Lo cierto es que el padrón de estos vados era un auténtico caos, con cifras dispares en cada departamento municipal. Según la información que obraba en las bases de datos municipales, a finales de 2017 había 419 vados en los archivos (del Casa Consistorial o de Froebel), 238 vados en las bases de la oficina de Fomento, 300 en las bases de Disciplina Urbanística y 1.866 en la de Gestión Tributaria, si bien estos últimos incluyen autorizaciones temporales que pueden estar ya caducadas.

De hecho, la edil admitió entonces que hay casos de vados con licencia pero que no pagan la tasa, otros que sí la abonan pero carecen de autorización conocida e incluso hay entradas a garaje sin permiso ni tasa pero que cuentan con una placa en la puerta. Sin embargo, ninguna de estas señales (tanto las legales como las que son fruto de la picaresca) cuentan con algún indicativo municipal o número de licencia, lo que provoca un significativo número de casos de fraude.

Durante los últimos siete meses, un grupo de trabajo de cuatro personas realizó una revisión de todos los vados, legales o no, con tres objetivos: "Actualizar los vados que tienen licencia y pagan tasa; dar licencia a aquellos que pagan tasa pero no están autorizados; y regular los que no tienen ni licencia ni pagan tasa".

Carmen da Silva reiteró que no es preciso que ningún vecino o responsable de comunidad de vecinos se acerque al Concello por esta actualización, ya que será la propia administración la que comunicará a cada afectado la situación en la que se encuentra su vado y se le ofrecerá la oportunidad de regularizarlo. También el Concello aportará las nuevas placas, con su correspondiente número de registro, gratuitamente.

Este proceso de aviso e instalación aún se demorará varios meses, hasta bien entrado 2019.