El anuncio por parte de Augas de Galicia de que la ampliación de la depuradora de Placeres es "imprescindible" para lograr el saneamiento integral de la ría y evitar una multa millonaria de la Unión Europea ha encendido una vez más la polémica en Pontevedra.

Vecinos de Lourizán y todos los grupos municipales, sin excepción, han mostrado su desacuerdo con la posibilidad de que la deficiente planta de Placeres duplique su tamaño sin explorar otras posibilidades, entre ellas, la de extender la red de depuradoras de un territorio que muestra un grave déficit de instalaciones de este tipo.

Además de la planta de Lourizán, solo hay otras dos en la ría, Bueu y Sanxenxo, pero Marín y Poio carecen de instalación pese a que suman más de 40.000 habitantes en conjunto. Buena parte de ellos usan la planta de Placeres.

Este modelo contrasta con el censo de plantas que Augas de Galicia registra en las otras dos rías de la provincia, Arousa y Vigo, que suman en conjunto una veintena de estas instalaciones. No hay más que ver el mapa de la provincia que maneja Augas de Galicia, con todo el parque de instalaciones de tratamiento de aguas residuales para núcleos de más de dos mil habitantes para comprobar que toda la cuenca del río Lérez y la propia ría de Pontevedra presentan una situación de "desventaja" con respecto a las otras dos rías y otros territorios provinciales.

Una veintena en las otras rías

Según este mapa, actualizado a julio de 2018 (hace apenas dos tres meses) en toda la provincia hay 44 plantas depuradoras con capacidad para tratar los vertidos de más de 2.000 personas. Y en la cuenca del Lérez y la ría solo hay tres, una cifra muy inferior a las once que operan en la ría de Arousa y las nueve localizadas a orillas de la ría de Vigo.

En el litoral vigués prácticamente cada municipio dispone de su propio recinto y hay casos con dos, como Soutomaior (en Arcade y Comboa) y Vigo (en Teis y Lagares, esta última de colosales dimensiones). Se completa con las de Baiona, Cangas, Moaña, Nigrán, Redondela y Vilaboa. La capacidad de tratamiento estimado para esta red es de algo más de un millón de habitantes (800.000 solo en Lagares) es decir, a 115.000 personas por planta.

En Arousa, por su parte, O Grove dispone de tres depuradoras, una de ellas en A Toxa, y hay una por cada uno de los siguientes municipios: Illa de Arousa, Cambados (que también atiende a Vilanova), Vilagarcía, más una en Meaño que recibe aguas de Sanxenxo. A ellas se deben unir las ubicadas en el litoral coruñés de la ría arousana: Rianxo, Boiro, Pobra y Ribeira. Están diseñadas para un tratamiento potencial de 280.000 personas, es decir, 25.000 por depuradora, según los datos de Augas.

A todas ellas se deben añadir algunas plantas más situadas en las cuencas de los ríos que vierten en esas rías, como Catoira, Valga y Pontecesures en el Ulla, o Cuntis, Moraña y Caldas en el Umia. La ubicada en Ponte Caldelas está en la cuenca del Verdugo, hacia la ría de Vigo, además de la de Gondomar.

Resto de la provincia

Al margen de las ubicadas en el litoral o en las cuencas de las rías, el mapa de Augas de Galicia detalla otra quincena de depuradoras en la provincia, seis de ellas en la comarca del Deza y el resto a lo largo del Miño y la frontera con Portugal, desde A Cañiza hasta A Guarda.

Ante este panorama, cada vez son más las voces que plantean la creación de una red más amplia de instalaciones en la ría y tanto los vecinos de Lourizán como el Concello apuestan por mejorar la de Placeres, sin ampliarla, y crear otras nuevas al menos en Poio y Marín.