Javier Miranda, vecino de Santa Cristina de Cobres, en Vilaboa, está en pie de guerra contra la compañía aseguradora con la que contrató una póliza para protegerse por los posibles daños que pudiesen causar cualquiera de los cuatro pastores alemanes que posee.

La casualidad quiso que el pasado 3 de agosto uno de ellos saliese de la propiedad aprovechando un descuido y matase a un pequeño perro de compañía de una vecina, de 80 años de edad.

Miranda sabe que el animal es insustituible para su dueña, pero al menos le tranquilizaba la idea de que el seguro cubriría la defunción y la indemnización ayudaría a la anciana a sustituir a su mascota.

Lo que no podía imaginar este vecino de Vilaboa es que la compañía aseguradora se amparase en la falta de microchip del animal fallecido para eludir cualquier pago, aduciendo que no pueden confirmar a quién pertenece el animal.

"Síntome completamente estafado. Eu págolle á aseguradora unha póliza anual de 470 euros e resulta que eles agora están tomándome o pelo a min e máis á miña veciña, unha muller viuva e que xa non está para estes sobresaltos". Juan Miranda tacha de "moi pouco seria" la actitud de la aseguradora, que a pesar de denegar la indemnización hizo una primera oferta de 50 euros a la propietaria del perro fallecido "cando ela foi alí a protestar e máis a deixarlle claro que o can era dela, que non había dúbida ningunha". La señora recibió una segunda llamada de la compañía "para ofrecerlle 100 euros porque teñen medo a que ela denuncie. Vamos, unha tomadura de pelo".

Miranda está dispuesto a tomar las medidas necesarias para que la compañía asuma su responsabilidad en este caso. "A porta abriuse cando meu sogro, que ten 92 anos, chegou de andar e se encontrou coa veciña, coa que sempre tivemos unha relación excelente, que agora se pode ver enturbiada pola irresponsabilidade da compañía".

Y es que Miranda, que quiere que su vecina reciba una indemnización acorde con la pérdida que sufrió, considera que la excusa de la compañía convierte el hecho de asegurar perros en un negocio "redondo porque a meirande parte dos riscos que os asegurados queren cubrir estarían de facto excluidos da cobertura pola falta de microchip nas víctimas, que é o máis habitual no rural", concluye.