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Antonio Gómez Couto: "El ascensor accesible resuelve la falta de espacio y devuelve la libertad a los mayores"

"Administración y profesionales debemos unirnos para romper barreras que aíslen"

Antonio Gómez intervino ayer en el Colegio de Arquitectos Técnicos de Pontevedra. // G. S.

El Colegio de Aparejadores acogió ayer una conferencia y reconocimiento a Antonio Gómez Couto, después de que haya sido galardonado con el Premio a la Innovación, concedido por el Consejo General de la Arquitectura Técnica, por el trabajo "Solución de rotura de barreras e instalación de ascensor en edificios existentes". Presenta una actuación práctica en edificio, planteando una ingeniosa solución para instalar un ascensor y adecuarlo a las condiciones básicas de accesibilidad en situaciones de extrema dificultad.

-¿Cómo surge esta idea?

-Para dar respuesta a una necesidad real que cada vez irá en aumento. La idea nace en Pamplona, donde estuve trabajando 20 años, y pudimos comprobar que funciona. Hace tres años que estoy de vuelta en Galicia y quiero que mis colegas de profesión conozcan esta solución, que puede mejorar la calidad de vida de muchas personas.

-¿Dotar de ascensor accesible a edificios antiguos supone un importante volumen de trabajo para aparejadores y arquitectos?

-Sí. Es un sector más, así lo veo yo. Cada vez la demanda es mayor y creo que puede ser un medio de trabajo para muchos profesionales.

-¿Su método es aplicable en Pontevedra?

-No conozco mucho la ciudad, pero estoy convencido de que sí. Lo que yo quiero es que esta solución técnica sea conocida por mis colegas porque no existen cursillos de formación en accesibilidad, cuando éste es un aspecto en el que deberíamos estar trabajando de forma constante.

-¿Hacer un proyecto para instalar un ascensor puede ser algo menor para un arquitecto?

-Es posible que alguien lo vea así. Mi experiencia es totalmente la contraria. La sensación de realizar un trabajo muy satisfactorio cuando logro liberar a una persona atrapada en el interior de su vivienda. Le devuelves su libertad. Esa contribución social es muy valorable.

-¿El envejecimiento de la población incrementa la demanda de solución para estos inmuebles antiguos?

-Claro. Y esta demanda crecerá más, porque las ayudas que la Xunta tiene abiertas para que las comunidades de vecinos puedan acometer estas reformas son importantísimas. Por una parte hay que decir que influyen de una forma muy decisiva en la calidad de vida de personas mayores que, sin hablar de una discapacidad concreta, simplemente por tener una edad avanzada, ya no pueden permitirse subir cinco pisos de escaleras. El ascensor les devuelve su vida social. Y por otra parte, este volumen de trabajo genera una dinamización importante del sector, que revierte de nuevo en la administración autonómica. A las ayudas de la Xunta yo solo le veo ventajas. Generan unas sinergías que ciudadanos y profesionales tenemos que aprovechar.

-La principal dificultad para instalar un ascensor en un edificio antiguo está en la falta de espacio. ¿Cómo resuelve esta situación?

-Hay portales en los que es muy complicado instalar un ascensor. Aquí por la tipología de escaleras muchas veces la solución es sencilla. Si la escalera está en fachada principal o trasera se puede llegar a desarrollar esta opción y evitar invadir espacios privados, que son el principal problema jurídico que nos encontramos a la hora de instalar un ascensor. Hay que respetar los derechos de todo el mundo para poder llevarlo a cabo. Esta solución nos permite volver a entrar en espacios privados e implantar el ascensor sin molestar, por ejemplo, la ocupación de un lugar comercial.

-¿En qué consiste su propuesta?

-En un planteamiento diferente de la escalera, que arranca con fuerza más atrás. Y que, quiero dejarlo claro, cumple la normativa de incendios. Es una novedad técnica que en ocasiones necesitamos que salga al exterior. Con algunos ayuntamientos hemos tenido problemas por esta ocupación.

-¿La administración local es reacia a permitir la ocupación de vía pública con este uso?

-Llevamos ya unos años luchando con los técnicos municipales y ahora empiezan a verlo. El primer error que cometen es defender la vía pública como si fuese de ellos. Es de todos. De la totalidad de los ciudadanos. Y si una comunidad de vecinos necesita invadirla para mejorar la calidad de vida de un residente, la ley le ampara.

-¿Eso no podría derivar en el tan criticado feísmo?

-Ni siempre es necesario invadir la calle ni es posible en todos los edificios. Lo que yo planteo es que cuando el entorno lo permita no se pongan impedimentos. Cuando la necesidad de generar una calle accesible obliga a reducir la altura de una acera, los políticos no ponen reparo porque entienden que la actuación es necesaria. Aquí estamos hablando de lo mismo. Galicia tiene mucho que mejorar en el concepto accesibilidad. Y dotar de ascensor a edificios antiguos, en algunos casos de hasta cinco plantas, es un factor fundamental.

-¿Resulta complicado para una comunidad de propietarios instalar un ascensor cuando el espacio es limitado?

-Hasta ahora lo era. Esta solución resuelve el problema de espacio. Ahora lo que necesitamos es una normativa que nos permita agilizar la tramitación del expediente para conseguir la pertinente licencia. En este sentido insisto en que los ayuntamientos tienen que aplicar la ley, les guste o no. Y la ley permite hasta expropiar propiedades en favor de la accesibilidad. Con esta solución evitamos daños a terceros al no tener que invadir bajos comerciales. Al hacerlo entrábamos en problemas jurídicos que siempre ralentizaban estos trabajos.

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