La contaminación atmosférica causó casi 93.000 muertes prematuras en España durante la última década, según determina una investigación de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III, recogida en el informe "El aire que respiras: la contaminación atmosférica en las ciudades", elaborado por DKV y la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES), y presentado ayer en Madrid.

En dicho estudio se pone a la ciudad de Pontevedra y su apuesta por la peatonalización como un "ejemplo" a seguir para mejorar la calidad del aire en las zonas urbanas.

Entre otras cuestiones, se destaca que de los 74.000 vehículos que circulaban por el centro de Pontevedra en 1995 se pasó a 22.709 en 2014, mientras se impulsaron medidas como reducir la velocidad máxima del tráfico a la conocida como "zona 30" y se eliminó el tráfico pesado de zonas residenciales.

Asimismo, en el estudio se apunta que los científicos estiman que el dióxido de nitrógeno ha sido culpable de 6.085 muertes evitables cada año en España, según un trabajo publicado en "Environment International" y también recogido en el estudio de DKV y ECODES.

A esta estadística hay que sumar la aportada en otro estudio de este año que suma otras 499 víctimas por culpa de ozono troposférico, según otra investigación presente en "Atmospheric Environment". Otro estudio, publicado en "Environmental Pollution" cifró en 2.683 las muertes prematuras anuales por la contaminación por partículas en el aire, principalmente procedente de los tubos de escape.

De hecho, el autor de "El aire que respiras: la contaminación atmosférica en las ciudades", cuya presente edición celebra el décimo aniversario del Observatorio DKV de Salud y Medio Ambiente, Clemente Álvarez, ha responsabilizado al tráfico de las ciudades de la contaminación en las mismas. "Habría que darle remedio para solucionar la calidad del aire", ha indicado Álvarez.

Entre los contaminantes atmosféricos más problemáticos en España destacan las partículas de suspensión, el dióxido de nitrógeno, el ozono troposférico, el dióxido de azufre, y el bezo(a)pireno. El que supone más riesgo para la salud presente en el aire son las partículas de suspensión, cuya fuente, precisamente, es el tráfico.

El informe presentado este miércoles pretende mostrar que existe un vínculo entre la calidad del aire de las ciudades y la salud de los ciudadanos, y concienciar a toda la sociedad en este sentido. "Pocas cuestiones ambientales están tan relacionadas con la salud como la contaminación", subrayó el autor.