Pontevedra y su comarca afrontan el mes de octubre, tradicionalmente el más sensible en materia de sequía, después de varias semanas sin apenas precipitaciones, pero con el embalse del Pontillón en la mejor situación de los 19 que controla Augas de Galicia en la demarcación Galicia-Costa.

Con una ocupación oficial del 94%, esta presa de Verducido se encuentra prácticamente el tope de su capacidad para disponer de "reservas" de agua durante al menos mes y medio en el caso de que no regresen las precipitaciones en ese periodo. Por su parte, el río Lérez sí presenta un caudal escaso, pero mejor que el del pasado año a estas alturas, cuando fue necesario reducir el consumo de Ence.

A falta de tres días para que finalice septiembre, la lluvia acumulada en este mes en la estación de Meteogalicia en Campolongo es de apenas nueve litros, cuatro veces menos que en septiembre de 2017, cuando cayeron 26 litros por metro cuadrado, que no había servido entonces para paliar la sequía que azotó la comarca. A ese se añade que en agosto solo se recogieron ocho litros, frente a los doce del año anterior. Solo julio permitió subir la media en este trimestre, al acumularse 35 litros, frente a los diez de doce meses atrás.

Estas escasas precipitaciones si pueden tener repercusión en algún cauce fluvial o en manantiales, pero por el momento no afectan a la situación del embalse del Pontillón.

Esta presa se cierra cada año entre mayo y junio con el fin de dejar de utilizarse para el abastecimiento humano y guardar así al agua almacenada para épocas como la que ahora comienza. Salvo que llueva a corto plazo, no se descarta su reapertura.

Con un 94% de ocupación está mucho mejor que el embalse del Umia, al 66% y, sobre todo que el de O Con, en Vilagarcía, que apenas llega al 18%. Los de Eiras y Zamáns, que abastecen a Vigo y al sur de la provincia están al 74 y 62% respectivamente.