María Elena López regenta, junto a su hermana, una de las tiendas de alimentación más emblemáticas de la ciudad. Aunque asegura que nunca le pusieron nombre, el establecimiento es conocido popularmente como "Tío Lindo".
-¿Cuánto tiempo lleva abierta esta tienda?
-Unos 60 años. La abrieron mis padres cuando se asentaron aquí. Aunque al principio era mi madre quien se encargaba de atender y despachar, porque mi padre trabajaba de sereno toda la noche y le era imposible atender, mucha gente de Pontevedra le recuerda más a él.
-Todavía se le ve muy vinculado a la tienda...
-La tienda fue en los últimos años el centro de su vida. Llegó de Monforte, se asentó en Pontevedra y aquí tuvo a sus cinco hijos. Ahora tiene 92 años, y ya hace algunos que se retiró, pero le gusta venir y sentarse aquí un poco; aprovecha para charlar con los clientes y va pasando el rato.
-¿Ha cambiado mucho la tienda en estos 60 años?
-Bueno, la tienda inicial se tiró para edificar y nos fuimos a Palamios. Cuando se acabó este edificio volvimos y aquí estamos desde entonces. En cuanto al producto, al principio vendíamos todo a granel. Hoy eso es imposible. Todo tiene que ir etiquetado.
-La tienda está muy cerca de varios grandes supermercados, ¿cuál es el secreto para que los clientes la sigan eligiendo a usted?
-Yo creo que el tipo de producto que vendemos. Compramos fruta que sabe a fruta, por ejemplo. Quizá sea un poco más cara pero quien la adquiere valora ese plus de naturalidad, de consumir producto sin cámaras frigoríficas.
-¿El negocio es rentable?
-Ya lo fue más. Ahora hay que aguantar hasta la jubilación.