Son 17 áreas de riesgo potencial riesgo significativo de inundación (Arpsi) fluvial en la comarca, correspondientes a otros tantos ríos y que suman algo más de 46 kilómetros de riberas en nueve municipios. Son al menos diez mil metros más que en el anterior documento, de 2015, cuya revisión acaba de comenzar la Consellería de Medio Ambiente. A estas áreas fluviales se suman otras tres de carácter marítimo, en Pontevedra, Marín y Sanxenxo con 13,5 kilómetros más, pero en este caso no han ampliaciones previstas.

Augas de Galicia explica que "a partir de los estudios del primer ciclo y de toda la información recopilada de incidencias ocurridas entre los años 2011 y 2017 relacionadas con desbordamientos de los ríos e inundaciones, realiza una nueva propuesta de las áreas que tienen un mayor riesgo de sufrir inundaciones". Añade que "con el proceso de consulta pública (que comenzó el pasado día 15 y se prolongará hasta el 14 de diciembre) se pretende trabajar sobre la propuesta de Augas de Galicia y con la participación de toda la ciudadanía, mejorar ciclo a ciclo en la caracterización de los riesgos por inundación y, lo que es más importante, en la definición de las medidas , a adoptar por parte de todas las administraciones con competencias, más adecuadas para reducir los efectos negativos producidos por las inundaciones".

Umia, Gallo y Os Gafos

De las 17 Arpsi catalogadas ya con anterioridad, apenas se registran variaciones en tres de ellas, con especial incidencia en los casos del Umia (Caldas) y Gallo (Cuntis), pero también se incluye un tramo más amplio del anterior en el río Tomeza (Os Gafos). La consellería explica al respecto que "en las cuencas del Sur de la Demarcación Galicia-Costa, en los Sistemas de Explotación 1, 2 y 3, (que corresponden a la cuenca del Verdugo, la costa provincial y la cuenca del Lérez respectivamente) del análisis realizado en este segundo ciclo, no se propone la definición de ninguna nueva Arpsi, manteniéndose las definidas inicialmente". Sí hay cambios en el sistema 4, que corresponde al río Umia, con ampliaciones sustanciales en Caldas y Cuntis.

Pese a que no hay áreas nuevas, esta revisión sí modifica algunas de las anteriores, básicamente "a nivel de trazado, ya que a partir de los estudios del primer ciclo se cuenta con una información de mucha mayor precisión, así como variaciones en cuanto a la identificación del origen de las inundaciones (fluvial, pluvial o costero)". Este es el caso del área denominada Río Lérez y Río Gafos, donde el riesgo de inundación se amplía a 8.540 metros a lo largo de este último río.

Además de Os Gafos, el Umia y el Gallo, la comarca suma 14 áreas más con escasas o nulas variaciones: Rego de Pousadas y do Río Maior, ambos en Vilaboa, con 0,96 y 2,33 kilómetros respectivamente; el Verdugo en Ponte Caldelas con 1.630 metros catalogados; los ríos Loira y Lameira de Marín, con 1,12 y 2,67 kilómetros de riesgo de inundación; los arroyos Baltar (1,34 kilómetros) y Nanín (1.050 metros) en Sanxenxo; el río Agra en Barro, con 3,36 kilómetros; Lérez-Gafos (8,54 kilómetros) y Rego da Granda (1.130 metros) en Pontevedra; la relación se completa con las cinco áreas de Poio, de otras tantas corrientes que bajan del Castrove. Se trata de Rego Muiño (1,36 kilómetros) Covelo (640 metros), Esperón (280 metros), Cancela (390) y Vilariño, con casi cinco kilómetros de área de riesgo potencial de inundaciones. De hecho, Poio es, tras Caldas, el municipio de la comarca con una mayor extensión afectada, al sumar casi ocho kilómetros en total. El municipio a orillas del Umia se amplía ahora hasta llegar a los 11.000 metros.

El primer mapa de gestión de riesgos por inundaciones comenzó a elaborarse en 2011 y quedó aprobado definitivamente en 2015. Ahora comienza su actualización para adaptarse a las directrices que regirán entre los años 2021 y 2027. Por ello, aún resta un amplio proceso de tramitación antes de su aprobación final, dado que no entrará en vigor hasta el año 2021.

Cambio climático

En esta ocasión, a diferencia del primer plan de gestión de riesgos, ahora se incluye como factor adicional para delimitar las áreas las consecuencias del cambio climático, si bien no ha tenido efecto alguno en el resultado final del nuevo mapa, al menos en esta versión.

El plan de riesgos tiene un doble objetivo, disminuir las posibilidades de que se produzcan inundaciones y, en caso de registrarse, reducir al mínimo sus efectos. Para ello, va acompañado de medidas para restaurar cauces y riberas, mejorar la redes de alcantarillado y desagües o restringir los usos urbanísticos en estas zonas sensibles, para lo que se deben adaptar los respectivos planeamientos municipales.

El plan vigente, tras algunas modificaciones introducidas desde 2015, tiene delimitadas 210 áreas de riesgo potencial significativo de inundación (Arpsi), de las cuales 168 son fluviales, con un longitud total de 543 kilómetros, y otras 42 son costeras.

En esta revisión que acaba de iniciar la Consellería de Medio Ambiente se analizaron 41 tramos de ríos potencialmente inundables con un longitud total de 86 kilómetros, pero al final se determinó que el riesgo significativo de quedar bajo las aguas solo afectaría a cuatro áreas.