Viaqua ya es oficialmente la concesionaria del servicio de abastecimiento de agua y saneamiento en el Concello. El alcalde, Miguel Fernández Lores y el director general Julio Masid, junto con el consejero delegado Ismael Olmedo, firmaron ayer el contrato por el que esta compañía mantendrá hasta 2038 una concesión que ya asumía desde dos décadas antes, pero que implica cambios sustanciales en el servicio.

Uno de los que tendrá mayor repercusión para los abonados es la desaparición del consumo mínimo que se aplica actualmente y que obliga a pagar cada dos meses 15 metros cúbicos de agua por domicilio aunque no se gasten. Con el nuevo contrato se aplica el pago por consumo real, si bien aún tardará unos meses en ser efectivo ya que es necesario que el Concello elabore una nueva ordenanza fiscal.

Otra de las cláusulas del contrato es la obligación de Viaqua de invertir unos 58 millones de euros en nuevas redes de agua y saneamiento antes de 2022. El concejal Raimundo González Carballo explicó ayer que la próxima semana comenzarán las reuniones técnicas para fijar las prioridades y elaborar los primeros proyectos, pero con dos premisas de inmediata ejecución: garantizar el suministro de agua a la futura ampliación de Montecelo y comenzar a dotar de saneamiento a las parroquias que carecen de él.

Viaqua ingresará a lo largo de los próximos veinte años más de 125 millones de euros a razón de algo más de seis cada ejercicio y a cambio no solo tendrá que encargarse de mantener la red de agua y saneamiento del municipio, sino también abonar un canon de 7,8 millones y efectuar las inversiones establecidas por contrato.

En concreto, la firma de ayer blindó la aportación de 25.620.000 euros para completar el saneamiento del rural, otros 30.233.000 para dotar de red de aguas a la margen izquierda del río, y 2,4 millones más para otras obras, entre ellas el nuevo servicio de abastecimiento para el futuro hospital Montecelo, nuevos servicios subterráneos en la calle Echegaray; o la mejora de la estación de bombeo y la estación de tratamiento de agua potable.

Incluso está detallado el reparto. Se actuará en parroquias como Campañó, con 200 casas sin servicio y 4,1 millones ya reservados; Bora, con 150 domicilios pendientes, donde son precisos 2,8 millones; en San Andrés de Xeve se destinarán cinco millones para dar servicio a 280 viviendas; Verducido recibirá 4,8 millones para 309 casas y Santa María de Xeve otros 2,7 millones. A partir de ahí, las inversiones ya se reducen al entender el Concello que las redes de saneamiento de otras parroquias ya están prácticamente completas o en ejecución.

Alba necesita dos millones y Cerponzóns 1,7, mientras que Lérez, Salcedo o Tomeza tienen consignadas cifras mucho más bajas, y en territorios como Mourente, Pontesampaio o A Canicouva no hay siquiera previsiones al entender el gobierno local que ya están cubiertos.

La futura red de abastecimiento se centrará en la orilla izquierda del río, en concreto en las parroquias de Bora, con una inversión prevista de 4,9 millones, Mourente (6,3 millones, que incluyen la dotación referida al futuro hospital único), Marcón (se superan los nueve, aunque dos de ellos son para un depósito en Valadares), Tomeza (dos), Salcedo (4,9) y Lourizán, donde se emplearían unos tres millones de euros.