"Es una sensación muy agridulce. Por un lado, nos sentimos satisfechos porque luchamos por algo que tenía sentido. Pero también es una desgracia saber que el tiempo nos ha dado la razón". Con esa reflexión resume la situación actual del río Umia la portavoz de la Coordinadora Anti-Encoro de Caldas, Cuntis y Moraña, Paloma Fernández.

Tras años peleando por evitar la construcción primero, y el cierre de puertas del embalse después, ahora la agrupación vuelve a ver la luz. Nunca ha dejado de ser optimista, pero ahora ese optimismo "absoluto" aunque cauteloso tiene una base: la cíclica presencia de microalgas cianobacterias a lo largo del curso del río que parece haber conducido a un punto de no retorno en las administraciones políticas. Tras un nuevo caso este último verano y la recomendación de no bañarse en las aguas del Umia, "es el momento", destacan desde la Coordinadora.

"Las autoridades están para velar por el medioambiente y la sanidad, por lo que entendemos que lo harán, ya que en su momento la responsabilidad fue compartida por todas las partes", apunta la agrupación, que controla todos los movimientos políticos y estudia su estrategia futura, de la que aún no quiere desvelar ningún paso.

Paloma Fernández recuerda que no hay nada que sustente la construcción y el mantenimiento ahora del embalse, ya que se éste se llevó a cabo alegando una "causa de utilidad pública". "Se dijo que era para abastecer de agua a todo O Salnés. Finalmente se ha demostrado que no se abastece de agua a la comarca porque está no se puede consumir y además no ha servido para prevención de riadas y ha herido de muerte al río", apunta Fernández.

En este sentido, desde la agrupación considera que el desmantelamiento legal "es más que posible" porque el embalse se trató de "un fraude". "Fue una concesión disfrazada de algo de utilidad pública", señala la portavoz, que recuerda que la justicia reconoció el decreto "huérfano de motivación".

Finalmente, la Xunta acabó dándole la vuelta a esa situación y encontró el resquicio para seguir adelante con las obras. "Si en ese momento hubiese habido una Fiscalía Anticorrupción en Galicia, el caso hubiese acabado ahí. Está muy claro", destaca Fernández, que ahora, junto con la decena de compañeros que siguen en el frente, tratarán de aprovechar este nuevo revuelo para acabar, por fin, con esta "aberración". "No hace falta tirar el embalse, solo desmantelar el sistema de producción hidroeléctrica", explican, con al esperanza de ver de nuevo al río que tanto ocio y salud dio a la comarca, de nuevo volver a estar sano.