Ya en mayo, el sector dedicado al mar en el fondo de la ría mostraba su preocupación por el proyecto de este segundo emisario submarino al de conocer donde iba a desembocar. Una vez que ayer se aclaró ese punto final, la inquietud de pescadores, mariscadores y bateeiros es al menos similar, según admite el patrón mayor de Raxó, Iago Tomé.

Se trata de una canalización de 3,6 kilómetros, aunque los 600 metros finales son de decenas de difusores. "Primero se nos dijo que finalizaría a una profundidad de 30 metros y ahora será de 22 y el sitio elegido no nos resuelve nada. Siempre pedimos que saliera afuera de la ría porque las corrientes dentro llevan los vertidos hacia el interior".

Una vez que se exponga al público el proyecto, el sector presentará alegaciones, según anuncia Tomé, que contradice así lo expresado por Mato cuando dijo que había "consenso" sobre esta cuestión.

Al respecto, Roberto Rodríguez recordó que "estamos elaborando unos estudios geotécnicos complementarios, a petición de las cofradías con el fin de intentar que no haya afección a los bancos marisqueros", como también anunció en mayo pasado.

Desde el Concello de Pontevedra, el alcalde Miguel Fernández Lores emplazó a la Xunta a "que ejerza sus competencias en materia de saneamiento de la ría, dado que las presentaciones de esta mañana (por ayer) son un brindis al sol recurrentes por parte del gobierno del PP en época preelectoral".