El equipo de gobierno del BNG y, particularmente, el teniente de alcalde Raimundo González Carballo, tienen razones sobradas para estar contentos con la luz verde del Tribunal Administrativo de Contratación Pública a la adjudicación definitiva a la empresa Viaqua del servicio de abastecimiento y saneamiento del agua a Pontevedra durante los próximos veinte años..

Ese órgano superior que tanto agiliza unas adjudicaciones de concursos que anteriormente se dilataban no poco, acaba de desestimar los recursos interpuestos por las otras dos firmas en liza, Aqualia y Gestagua. Eso significa en pocas palabras que ratifica la elección realizada, así como la legalidad del fallo. De ahí la satisfacción expresada por edil nacionalista, quien se dejó la piel frente a toda la oposición para sacar adelante el contrato de mayor importe firmado nunca por el Ayuntamiento de Pontevedra en toda su historia.

González Carballo tuvo que tragar sapos y carretas durante buena parte del procedimiento, ante la avalancha de acusaciones y críticas desde todos los frentes de la oposición municipal, unas más fundadas que otras. Finalmente, el alto tribunal ha avalado la adjudicación del concurso, pero no ha bendecido su transparencia, como ha dicho el teniente de alcalde, porque nunca fue su misión. Ese sería otro cantar.

Al equipo de gobierno le chifla esa inversión comprometida de 56 millones de euros en el saneamiento de trece parroquias durante los próximos tres años, amén de ese canon de 7,8 millones para engordar las arcas municipales en los próximos seis años. Y a la oposición municipal le incomoda mucho esa especie de hipoteca a veinte años del Ayuntamiento con la adjudicataria, a razón de más de seis millones anuales. En total, 125 millones de euros que ingresará Viaqua hasta el año 2038. Una hipotética municipalización del servicio, que tanto gusta a Marea, queda así descartada por mucho tiempo con esta larguísima privatización.

El Meollo de la cuestión está adivinar cómo habría encajado el BNG este contrato del agua que ata de pies y manos al Ayuntamiento durante las próximas dos décadas, si las tornas estuvieran cambiadas y el contratante hubiera sido un equipo de gobierno del PP; y no estaría mal hacer de paso una simulación por la cuenta de la vieja sobre cuánto subirá durante todo ese período el recibo del agua a los pontevedreses.