Hace escasos días Poio retomó su actividad política en el último curso del actual mandato, de especial relevancia al encontrarse ya en el horizonte las elecciones municipales del 26 de mayo de 2019. Aunque a menos de nueve meses vista para los comicios electorales, en la localidad poiense todavía hay demasiadas incógnitas acerca de quienes serán los cabezas de lista de las principales agrupaciones.

Tan solo el PP ha despejado dudas sobre su líder de cara a las elecciones. Durante el verano, Ángel Moldes fue reafirmado como candidato a la alcaldía por parte de la agrupación a nivel provincial. En la Romería Popular del Monte Castrove, celebrada a finales de julio, el presidente del PP de Pontevedra, Alfonso Rueda, mostró su apoyo al actual presidente del partido a nivel local.

De este modo, Moldes optará de nuevo a arrebatar el bastón de mando al BNG y arrebatárselo al PP después de 24 años en la oposición. En las pasadas elecciones, los populares se quedaron a 13 votos de superar a los nacionalistas. Mantuvieron siete concejales pero perdieron apoyo (unas 400 papeletas).

Ahora, el equipo popular entiende que el hecho de contar antes que nadie con un candidato les genera una ventaja competitiva a la hora de cimentar las bases de su proyecto para convencer a la ciudadanía.

Precisamente convencer a la mayor parte de esta ciudadanía por séptimas elecciones consecutivas es lo que buscará el BNG. La agrupación nacionalista ha gobernado en Poio durante los últimos 24 años, bien en solitario, bien apoyado en el PSOE para rebatir la mayoría del PP.

En las próximas semanas, el BNG local deberá despejar la gran incógnita de cara a estos comicios: la presencia en su lista del sempiterno Luciano Sobral. Casi un cuarto de siglo acumula "Nito" en el puesto de regidor, a lo que se le suma su presencia en el Salón de Plenos como edil desde el año 1976.

Sobral destaca que "todavía no hay fecha concreta" para elegir al candidato, pero a lo largo de septiembre "habrá movimiento". El regidor destaca que en el BNG primero se llevan a cabo estas elecciones en ciudades y ahora es el turno de localidades más pequeñas. "Siempre suele ser por estas fechas. No vamos con retraso porque además llevamos meses trabajando en el programa. Consultamos con la militancia y nos reunimos con colectivos de diferentes sectores", expresa.

Lo que el actual alcalde tiene claro es que el proyecto que se hará será "con coherencia" para "seguir gobernando". "Hay campo para seguir avanzando", continúa Luciano Sobral, que no suelta prenda sobre si se presentará como candidato o dejará paso. "Eso no toca todavía", responde sin dejar entrever nada.

Sobral, que cumplirá 65 a finales de año, explica que en el partido "existen posibilidades de recambio" porque hay gente joven que "está haciendo muy buen trabajo y tiene capacidad de gestión en la administración, además de organización y por supuesto ilusión y ganas. Pero se debe tener claro que eso es lo que pensamos nosotros. Luego hay que ver cómo lo interpretaría la gente. Es una incógnita. Pero nosotros debemos estar tranquilos".

El primer edil continúa: "Los relevos son siempre complicados porque la gente se adapta a una persona con un carisma determinado. Además, lo de estar muchos años en un sitio puede provocar desgaste. Hay que tener en cuenta que todo eso se puede interpretar como demasiado continuismo".

Pese a estas palabras, Sobral aclara, al menos públicamente, que no tiene todavía decidido el continuar o no.

Sin sorpresas

Como tampoco hay nada decidido en el seno local de sus socios de gobierno. El portavoz socialista, Gregorio Agís, destaca que los plazos y el procedimiento los fia el partido. El actual edil de Urbanismo recalca que no quiere adelantarse, ni mucho menos, pero avanza que, en su opinión, "no va a haber muchas sorpresas". "En Poio, normalmente, decidimos por unanimidad", expresa. Por lo tanto, todo apunta a que la última candidata, Chelo Besada, volverá a ser la cabeza de lista. "Será una candidatura ambiciosa, solvente y con peso", destaca.

Pese a que la convocatoria de la asamblea local debería ser "antes de que acabe el año", Agís explica que el programa electoral "ya está avanzado". "Ofreceremos propuestas que se ajusten a Poio y al ideario socialista", profundiza antes de recalcar que los contactos con los colectivos están a la orden del día, al igual que las propuestas de los afiliados.

Por último, se encuentra el caso de la concejala no adscrita. Silvia Díaz se dio de baja del BNG en 2016 y finalizará el mandato como independiente. En estos últimos meses reconoce haber acudido a asambleas de En Marea Galicia, aunque recalca que eso no significa que vaya a presentarse como candidata a la alcaldía. "Lo que puedo decir es que tengo ganas de seguir trabajando por la ciudadanía y de hacer cosas por Poio. Si no, hubiese dejado mi acta de concejal", apunta.

Díaz explica que las confluencias tendrán que decidir en este último trimestre en qué localidades van a conformar lista y en forma de qué marca. Y Poio cuenta con muchas opciones, como dejó entrever Luis Rei, portavoz en Pontevedra, hace unos días, cuando citó el municipio poiense como una de las claves para entrar en la Diputación. Toca esperar, como también para comprobar si algún otro partido se suma a la lucha electoral. Pero la cuenta atrás ya ha comenzado.