La decisión del Ministerio de Hacienda de retirar del mercado el inmueble de su antigua delegación en A Ferrería por la imposibilidad de venderlo no hace más que confirmar los avisos que hace años ya lanzó el gobierno local al Gobierno central: "Esa venta tiene muy mala salida". Así lo reiteró ayer el concejal Raimundo González Carballo, que en 2013 acompañó al alcalde, Miguel Fernández Lores, a Madrid para tratar de negociar un nuevo uso público para un inmueble que se puso en venta aquel año y que quedó totalmente vacío en noviembre de 2014.

Cinco años después de aquella infructuosa reunión, el gobierno local reiteró ayer que la única salida para ese gran edificio que preside los jardines de Casto Sampedro es que siga en manos de la administración. El hecho de que Hacienda admita ahora que su enajenación (para posibles usos privados) es imposible mientras se mantenga su catalogación urbanística actual "supone una gran oportunidad para negociar nuevos usos públicos", según señalan otras fuentes municipales.

El inmueble está calificado para equipamientos y cuenta con protección monumental, lo que impide cambio alguno en su estructura actual. Además requiere de una rehabilitación integral coordinada con Patrimonio que podría superar los cinco millones de euros. El edificio es tiene categoría de monumento histórico-artístico desde hace más de un siglo y formó parte del antiguo convento de San Francisco. Pasó a manos del estado durante la desamortización del siglo XIX y su principal acceso está formado por una de las puertas de la muralla medieval de Pontevedra.

Por ello, el gobierno local reiteró ayer la idea que maneja desde el principio: que la antigua delegación pase a ser un centro administrativo de primer nivel aglutinando todos los archivos de la ciudad, tanto del Estado como del Concello y la Diputación. "En 2013 se le aconsejó a Hacienda que fuera por esa vía, pero no paralizaron la oferta de venta pese a su nula salida. Esperemos que ahora, con un nuevo Gobierno, se pueda retomar el destino público y administrativo", dijo ayer González Carballo.

En esta linea parece caminar también el PP local. Fue este partido el que desde el Gobierno central puso en venta el inmueble y desde su grupo municipal se pusieron sobre la mesa posibles usos, desde un hotel a un parador de turismo e incluso en sede de la administración municipal.

El actual presidente del PP local, Rafael Domínguez, apuesta ahora por una idea parecida a la del gobierno municipal, pero más ambiciosa. Ayer mismo decía que la decisión de Hacienda de suspender la venta, al menos de momento, "abre una ventana a nuestra propuesta de convertir la antigua delegación de A Ferrería en un gran edificio cultural en el corazón de la ciudad con el nombre de Alexandre Bóveda".

Fue una propuesta que lanzó en agosto pasado, nada más hacerse con las riendas del partido, como uno de los apartados de su programa "Pontevedra en positivo".

Entonces Domínguez destacó "el enorme potencial que tiene Pontevedra en materia de cultural" por lo que "entendemos que la cultura puede y debe ser un elemento catalizador de la creación de riqueza".

"Vemos a Pontevedra como una ciudad referente en cultura, no solo a nivel gallego, sino de todo el noroeste peninsular", destacó, "y para que se sitúe al mismo nivel es fundamental la creación de un Cluster Cultural en el que todos los actores estén involucrados: Universidades, artistas, consumidores de la industria, las empresas patrocinadoras..." y en este sentido Domínguez considera que "el Concello es el que debe liderar este proceso".

Uno de los ejes de aquella idea era la creación de la Casa da Cultura Municipal Alexandre Bóveda, que contaría con salas de exposiciones, una biblioteca municipal, un salón de actos, un "centro intergeneracional e inclusivo" y la agrupación de los archivos municipal, provincial e histórico. En este último punto su propuesta coincide con la del gobierno local.