Que Lores iba a ser de nuevo el candidato del BNG a la Alcaldía en 2019 se sabe desde hace meses, para optar a su sexto mandato, pero siempre dijo que sería el último. Ayer ya no lo refrendó con tanta contundencia. En su apertura del curso político dijo que "estoy pensado a cinco años (uno del actual manado y los cuatro del próximo) y después ya se verá".

Lo decía al analizar sus posibilidades de lograr una mayoría absoluta que se le resiste desde el principio. "Me gustaría lograrla alguna vez, pero lleva cinco mandatos, que es un mérito de todos y estoy muy orgulloso de la capacidad de diálogo".

También quiso combatir uno de los argumentos habituales de la oposición, su supuesto cansancio en el cargo: "Nunca me sentí tan a gusto y si su estrategia política es decir que no tengo ilusión, están condenados al fracaso porque este trabajo, de poner a Pontevedra en el mapa, es muy ilusionante".

También destacó el "diálogo" que mantiene con la Xunta porque "hablar es conveniente" e hizo referencia a la relación con el presidente, Alberto Núñez Feijóo, o el titular de Sanidade, así como la "muy mejorada" con la conselleira de Infraestruturas.