A pesar de que varios autores sitúan erróneamente el nacimiento de Javier Valcarce García a orillas del Lérez, la realidad es que nació, aunque fuese de manera circunstancial, en Mugardos. Lo que hemos podido constatar es que en el último cuarto del siglo XIX, aún siendo un niño, llegó a Pontevedra con su familia, siguiendo los pasos del patriarca Javier Valcarce Ocampo. Las ciudades de Cuenca, León y Santiago de Compostela fueron algunos de los lugares en los que vivió durante esta época, hasta que se asentó definitivamente en la ciudad del Lérez tras ser destinado al Gobierno Civíl para trabajar como oficial.

Este periodo marcó el futuro del joven Javier, que creció en la ciudad pontevedresa y siguió una de las pasiones de su padre, la escritura. Después de afincarse en Madrid, en el año 1908, Valcarce García consiguió ganar el concurso literario del periódico El Liberal. El cuento premiado se titulaba "Romance" y fue publicado poco después por una emblemática editorial pontevedresa, la Imprenta de Barros Hermanos en un pequeño folleto que costearon algunos de sus vecinos. Hijo de un lucense y de una santiaguesa, Camila García Gallego y nacido en la comarca de Ferrol Terra, Javier Valcarce siempre se sintió pontevedrés. Nunca olvidó el afecto mostrado hacia él y su familia durante su estancia en la ciudad, tal y como demostraría en julio de 1917. Por aquel entonces, la Compañía de Ricardo Calvo llegó a Galicia para llevar a las tablas Los nidos de antaño, primera obra teatral del escritor, publicada póstumamente en 1921. El Teatro Principal de Pontevedra tuvo el privilegio de acoger el esperado estreno, a pesar de que el autor no pudo asistir -presenciaría la representación semanas después en A Coruña-, la mencionada compañía logró ganarse la ovación del público, que según las crónicas de la época, llenó el recinto para presenciar el montaje.

Sin embargo, el género preferido de Valcarce era el lírico. En las primeras páginas de una de sus obras, revela que le gustaría ser recordado como poeta. De hecho, escribió versos, siendo autor de algunos sonetos y madrigales, pero destacó fundamentalmente como narrador, publicando varias novelas. Su estilo siempre fue muy valorado por la crítica: "Hay cuatro escritores castellanos en la actualidad que escriben bien la lengua de Castilla, Ramón del Valle lnclán, Pedro de Répide, Javier Valcárce y Pedro Luís de Gálvez", -apuntaba en 1910 Andrés González Blanco-, quien concluía, "los demás escriben unos bien, otros mejor, algunos regular, no pocos pésimamente, pero escribir el castellano, lo que se llama escribirlo bien, netamente, pulcramente, castizamente, con elegancia, con pureza, así, en redondo, no lo escriben sino esos cuatro". Su éxito como literato se vio acompañado por sus relaciones con destacados escritores como los hermanos Machado, Manuel escribió un poema que introduce su libro Romancero prosaico (1910) y Antonio le dedicó la composición "A Xavier Valcarce... En el intermedio de la primavera", que se incluye en Poemas de la prosa (1913). Tras la publicación de esta obra, el autor, en palabras del pontevedrés Prudencio Landín Tobío, lograba: "un nuevo y definitivo triunfo".

Además, mantuvo correspondencia con Rubén Darío, al que consideraba su verdadero maestro y se relacionó con otros paisanos gallegos como Castelao, quien le retrató, al menos, en tres ocasiones. En sus últimos años de vida, empezó a escribir obras de teatro, pero la tuberculosis fue minando sus fuerzas. Fue capaz de superar una importante crisis causada por la enfermedad en 1911, pero no pudo resistir un duro embate de la tisis que le causaría la muerte en agosto de 1918. Javier Valcarce falleció en Madrid, en plena juventud. Sus restos mortales fueron trasladados al Cementerio de La Almudena, allí reposan desde entonces junto a los de otros dos pontevedreses, que también despuntaron en las letras, desapareciendo ambos en edad temprana a causa de la enfermedad, Prudencio Canitrot y Víctor Said Armesto.

* Escritor e investigador