El segundo trimestre del año frenó en seco la tendencia a la baja con la que comenzó el año en cuanto a la comisión de robos en domicilios en la ciudad de Pontevedra. Después de la oleada de asaltos en el rural de final de año, el 2018 empezó con un descenso de los robos en viviendas de un 9,4%. Sin embargo, en el segundo trimestre del año los cacos parecen haber aumentado su actividad en el ayuntamiento pontevedrés y los robos en viviendas registran un repunte de un 8,9% llegados a la mitad del año. Un ascenso por encima de los porcentajes en los que crecen este tipo de delitos en Galicia (+6,8%) y en el conjunto de la provincia (+4,7%).

En el término municipal de la capital se registraron entre enero y junio, según los datos del Ministerio del Interior, un total de 61 robos en domicilios, es decir una media de algo más de dos por semana. La cifra contrasta sin embargo con el descenso de los robos en inmuebles y locales, en general. Si se suman los robos en comercios, naves u otros negocios la cifra baja de 126 en la primera mitad del año pasado a los 95 de este año, es decir, un 24,6% menos en un municipio en donde en años anteriores los robos en comercios, trasteros, garajes o bares era una auténtica lacra (de hecho, diez jóvenes de una misma banda están procesados por 51 robos en establecimientos en distintos puntos de la ciudad o su entorno).

El aumento de los robos en domicilios no es el único dato negativo que empaña un balance de la criminalidad en el que descienden el número de infracciones penales registradas en el primer semestre en el municipio. Fueron 1.474 delitos denunciados ante la Comisaría de Pontevedra, un 1,9% menos que en el mismo periodo de 2017. Sin embargo, siguen en aumento alguno de los ilícitos más graves como son por ejemplo los robos con violencia e intimidación, que aumentan un 48% pasando de 19 a 28 denuncias. Otro dato preocupante es el aumento de las violaciones, con tres denuncias frente a ninguna el pasado ejercicio; así como los delitos contra la libertad sexual en general aunque en este caso la subida es poco significativa (de 8 a 9).

El resto de la criminalidad baja en la ciudad del Lérez. Como ocurrió el año pasado sigue sin producirse ningún homicidio ni tampoco tentativas y los delitos de lesiones y riñas tumultuarias descienden de 10 a 7, a pesar de que llamó la atención en esta primera mitad del año la batalla campal que protagonizaron dos clanes familiares de origen rumano en pleno centro y que acabó con tres policías heridos.

También caen ligeramente las sustracciones de automóviles (con 8 denuncias frente a las 9 del año anterior), así como los delitos de tráfico de drogas que bajan sustancialmente pasando de 15 a 5 (un 66% menos) en esta primera mitad del año y a pesar de que en 2017 sí aumentaron de forma importante las multas administrativas por consumo y tenencia de estupefacientes en la calle.

Sigue también en descenso la modalidad delictiva más común en Pontevedra y que genera la mayor parte de denuncias, los hurtos y robos al descuido. Se pasó de 520 denuncias en la primera mitad de 2017 a 439 entre enero y junio de este año (un 15,6% menos). Desde hace tiempo la Comisaría pone especial hincapié en la vigilancia en las grandes aglomeraciones y en aconsejar a los ciudadanos para evitar ser víctimas de los carteristas y ladrones al despiste.