Marín amanecía ayer colonizado por los corsarios. Desde primera hora de la mañana los seguidores de Gago de Mendoza fueron tomando posiciones, primero tímidamente y con algún descanso en las horas más fuertes de calor, para reaparecer a última hora de la tarde y prepararse para participar en el Desembarco que de nuevo enfrentó a los corsarios con los ingleses, que llegaron por el centro de la villa hasta la Praza de España, donde estaba la goleta de los Gago de Mendoza, que les hizo frente, hasta derrotarlos y expulsarlos de las aguas pontevedresas.

La victoria era predecible. No en vano los marinenses llevaban desde muy temprano calentando motores y participando en las diferenes actividades propuestas por la organización para ambientar la villa y mejorar las habilidades de los corsarios, sobre todo de los futuros luchadores.

Y es que gran parte de las actividades tenían al público infantil como destinatario ya que el tributo a la memoria de Gago de Mendoza está llamado a convertirse en un reclamo turístico de relevancia para Marín y para ello, el corsario necesita afianzar seguidores.

La Alameda de Rosalía de Castro se convirtió desde el primer momento en uno de los puntos de referencia del día, con una reapertura del mercado que ejerció como pistoletazo de salida.

Al mercado le prosiguió la puesta en funcionamiento de las Bases Marinas de Ingleses y Gago de Mendoza. A su vez, la zona infantil, anexa al mercado comenzaba a registrar actividad. Este espacio fue, a lo largo del día, uno de los favoritos para las decenas de niños que quisieron convertirse en corsarios por un día y buscaron una fórmula adecuada para pasárselo bien con columpios y juegos artesanales ambientados en la época pirata.

El Parque Eguren se transformó en una escuela de oficios. Alquimistas de aguardiente, canteros, rederos, ceramistas, herreros o el afilador, entre muchos otros, compartieron su buen hacer con la curiosidad de los más pequeños, que se interesaban por unas profesiones al margen de las tecnologías . La artesanía fue parte protagonista y acaparó la atención de muchos curiosos.

Animación en la calle, espectáculos circenses, exhibiciones de tiro con arco, torneo de esgrima y mucha música completaron una jornada festiva con la que Marín está cada vez más identificado.