Francisco González Táboas es ingeniero forestal y presta asesoramiento a un importante número de comunidades de montes en toda la provincia, tanto en cuestiones administrativas y preventivas como en gestión productiva.

-A pesar de que hemos pasado olas de calor con temperaturas muy elevadas, los incendios no han sido noticia, al menos de momento.

-El año pasado los fuegos más mediáticos fueron más tarde. Y fueron noticia porque amenazaron a viviendas y, por tanto, estaban en riesgo vidas humanas. Los incendios forestales pasan más desapercibidos, a pesar de que se pierde suelo y capacidad productiva.

-¿La Xunta incrementó este año las medidas preventivas?

-Sí, pero son insuficientes. Si se analiza el gasto en extinción de incendios del pasado año cualquiera puede llegar a la conclusión de que son cifras inasumibles para una comunidad autónoma como Galicia. El gasto en extinción es más elevado de lo que Galicia se puede permitir. Entiendo que cuando se produce un fuego cerca de un núcleo urbano, cualquier político ve un problema, que trata de resolver con un despliegue de medios. Pero cada vez somos más los que reclamamos una mayor inversión en prevención porque supondrá reducir el gasto en extinción.

-Las tareas de limpieza, sin embargo, no pondrán freno a los pirómanos.

-Es cierto. Hay que actuar desde diferentes frentes. En necesario endurecer la legislación, de manera que se impongan penas ejemplarizantes a aquellos que hacen arder nuestros montes. Siempre hay alguien a quien se le escapa el fuego; a esos es fácil identificarlos y las sanciones que les ponen son importantes, pero esos involuntarios no son el mayor problema. La legislación tiene que articular penas que supongan un escarmiento a los pirómanos, como labor pedagógica.

-¿Por qué se ejecutan tan tarde los trabajos de limpieza?

-Porque se hacen en colaboración con la administración autonómica. Habría que tratar de agilizar también la tramitación de las subvenciones y las autorizaciones para ejecutar estas tareas para no llegar al mes de agosto trabajando a este ritmo porque sabemos que nos queda mucho por hacer.

-¿Las ayudas autonómicas son suficientes?

-Esa es otra cuestión sobre la que habría que sentarse a hablar. Las comunidades de montes tienen que reinvertir el 40% de sus ingresos en el monte. Esto hace que muchas de ellas, las de mayores recursos, tengan el monte en unas condiciones tales que no puedan optar a ayudas para este fin. Habría que habilitar algún tipo de incentivo para apoyar a aquellas que más trabajen en este sentido y flexibilizar la política de ayudas.

-¿Qué otras cosas habría que cambiar?

-Mayor agilidad de la administración a la hora de autorizar las actuaciones en el monte; endurecimiento de las penas para los pirómanos y continuidad en la obligatoriedad de mantener las fincas limpias.