La asociación animalista Libera y la Fundación Franz Weber se hicieron eco de las quejas de gestores de colonias de gatos ferales de Pontevedra, que alertan sobre la colocación de posibles elementos tóxicos en la Horta do Cura, una zona amenazaba por las obras de un edificio próximo.

Los animalistas señalan que la colocación de cualquier tipo de veneno o producto tóxico en la vía pública, destinado a matar animales, pero potencialmente peligroso para cualquier vecino, es una conducta tipificada como delito en el Código Penal, con penas de hasta 2 años de prisión.

Además, las organizaciones recuerdan que la vía administrativa también contemplaría, a través de la Ley de Bienestar Animal de Galicia, sanciones de hasta 30.000 euros por la muerte intencionada de animales, como podría ser la ingesta de cebos envenenados en esta zona de la ciudad.

En este sentido, ambos colectivos plantean una 'reconducción' del programa CER (Captura-Esterilización-Retorno) para dotarlo con más medios económicos y técnicos en 2019, promoviendo la señalización y protección activa de los gatos ferales, más fondos para seguir esterilizando y controlando a la población, así como programas formativos y de sensibilización para el voluntariado y la población en general.

Los defensores de los animales apuestan así por una política similar a la que se viene realizando en A Coruña desde 2015, donde el sistema de control ético de colonias felinas municipal comenzó desde cero y ahora ya dispone de hasta seis convenios de colaboración con ONG y decenas de voluntarios acreditados.

De esta forma paralela ambos colectivos piden al gobierno local una mayor contundencia para prevenir posibles muertes de felinos en estas colonias, que habrían recibido la visita de alguién que colocó lo que, todo apunta, un producto tóxico para provocar bajas en la Rúa Don Filiberto, afirman los animalistas.