La Asociación Pedaladas pone en manifiesto que los concellos de Poio y Pontevedra, junto a la Xunta, deben reformar de una vez el puente de A Barca, haciéndo cumplir la legislación. La orden del Ministerio de Vivienda 561/2010 establece que los itinerarios peatonales tendrán como norma general un mínimo de 180 centímetros de sección, un ancho que las aceras del viaducto de A Barca no cumple y que dificulta el paso de peatones cada día del año.

Sostiene Pedaladas que en términos de movilidad en bicicleta, el extremo del puente en Poio, es un problema con una rotonda que tiene mala visibilidad, y en el extremo de Pontevedra obliga al ciclista a entrar por Paseo de Colón, en vez de permitir ir al ciclista directamente ir al centro de la ciudad. Así, los usuarios de bicicleta, buscan escapatorias a estos problemas y terminan por usar unas aceras que ya de por sí son pequeñas para los peatones, creando problemas de convivencia entre los ciclistas y los peatones, asegura el colectivo.

Desde la asociación apuntan que la solución es sencilla, y consistiría en la eliminación de un carril y, con ese espacio ganado, aumentar ambas aceras y dejar paso para los ciclistas a contrasentido del tráfico motorizado.

"De los cuatro metros del carril eliminado, cada acera ganaría un metro y cincuenta centímetros. Un metro quedaría para un carril bici contrasentido. "Esta solución es barata, sencilla y soluciona la deuda histórica que tienen Poio y Pontevedra con la modalidad activa entre los dos municipios", señalan desde Pedaladas."Las excusas políticas impiden la solución del problema. En los últimos años la Xunta y los dos concellos buscaron excusas para no tocar el puente. Por la prensa sabemos que la Xunta aceptó hacer sentido único el puente si Pontevedra y Poio se ponían de acuerdo pero quedó en nada", dice Pedaladas.

Desde la asociación recalcan como las modificaciones actuales demuestran que el cambio del tráfico para mejorar A Barca son posibles.