La compra-venta en las lonjas de la Ría de Pontevedra marcha viento en popa. La aparición de la biotoxina en este julio no supuso un freno excesivo a la facturación en los mercados de Campelo, Marín, Pontevedra y Portonovo que, con los primeros siete meses del año cerrados, han ingresado un 26,97% más que en 2017.

Los cuatro mercados de la Ría de Pontevedra facturaron hasta el 1 de agosto incluido un total de 6,808 millones de euros. La cifra es casi 1,5 millones euros más alta que la del mismo período del pasado año, cuando a estas alturas alcanzaba los 5,362 millones. Cabe destacar además que este año, Pesca de Galicia no registró actividad en la lonja de Sanxenxo, por lo que la cantidad se divide entre cuatro mercados y no cinco como anteriormente.

La cifra de este ejercicio obtiene más valor si se tiene en cuenta que la del año 2017 fue una de las mejores de la década. Tan solo los siete primeros meses de 2012 (se facturaron 5,973) y de 2013 (5,572) se obtuvo una mayor cantidad de dinero.

Sin embargo, los datos del 2018 van camino de marcar un nuevo récord en la década. Más allá de la apertura de nuevas zonas de marisqueo o la abundancia de determinadas especies, el principal factor que ha contribuido a permitir este récord es la poca presencia, hasta ahora, de la biotoxina.

Antes de la llegada de julio de 2018, varios sectores de la ría acumulaban prácticamente dos años sin detectar concentraciones elevadas de la llamada marea roja. Y una vez esta biotoxina llegó, el pasado mes, las pérdidas no han sido tan elevadas. De hecho, las lonjas apenas dejaron de ingresar 65.000 euros con respecto al mismo mes del año 2017, cuando la toxina no tuvo presencia alguna.

El pasado mes, las lonjas de la Ría de Pontevedra facturaron 715.932 kilos por valor de 1,039 millones de euros, mientras que en el mismo período del año anterior, el montante económico total fue de 1,104 millones por 953.995 kilogramos. Es decir, la media de euros obtenidos por peso fue incluso superior en 2018.

Pese a que los datos no son malos, el mes de julio de este año ha sido uno de los cuatro peores de la década. Tan solo los de 2014 (905.679 euros), 2015 (800.591) y 2016 (778.630) fueron más negativos. Sin embargo, los meses de julio con mejores cifras tampoco obtuvieron cantidades muy superiores a la del 2018. En 2013, el dinero recaudado fue 1,249 millones, unos 200.000 euros más que los números del pasado mes.

El patrón mayor de la Cofradía de Raxó, Iago Tomé, destaca que pese a la aparición de la biotoxina el pasado mes (y parte de este), el balance del año solo puede calificarse como "positivo".

"No nos podemos quejar", recalca Tomé, que también reconoció que "la toxina afectó un poco a la paralización del marisqueo a pie, pero el de a flote sigue trabajando". A esto se le unen otras artes de pesca, que están permitiendo difuminar el efecto de la biotoxina en la ría y mantener una cifra relativamente estable de ganancias.

Las expectativas en el futuro próximo también son alentadoras. Los marineros manejan los datos de los análisis realizados por el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar) y aguardan que entre finales de esta semana y la próxima se reabran las dos zonas que permanecen cerradas por biotoxina (Zona II y Zona IV).

"El sector del marisqueo a pie lleva parado desde el pasado 16 de julio y es el que más genera a la lonja de Campelo. Pero, por suerte, el marisqueo a flote sí pudo trabajar salvo cuatro días y permite ingresar unos 15.000 euros diarios, que no está mal", apuntó Tomé.

Campelo, la que más aporta

Precisamente el mercado de Campelo es el que más aporta al montante total. De los 6,808 millones ingresados hasta el 1 de agosto, la lonja situada en Poio facturó 3,833 por 380.411 kilos. Es decir, el 56,3% de la facturación se gestionó en Campelo.

Sin embargo, la media de euro por kilo más elevada se registró en el Mercado de Pontevedra, con 11,27 (por los 10,08 euros por kilo de Campelo). La lonja de capital recibió tan solo 4.4001 kilos, pero sacó casi 50.000 euros por ellos.

Pese a todo, la cantidad es ínfima con respecto a los otros dos mercados. A Portonovo llegaron 1,33 millones de kilogramos de productos del mar, que fueron vendidos por 1,299 euros. Es decir, a 0,97 euros por kilo. Mientras, Marín recibió 620.418 kilogramos y facturó 1,63 millones de euros (una media de 2,62 euros por cada kilo).