La ciudad de Pontevedra despide hoy a uno de sus ciudadanos longevos más ilustres. Amancio Landín Carrasco recibirá hoy el último adiós de la ciudad que le vio nacer en 1918 y en la que falleció el pasado sábado, casi un siglo después y tras una vida polifacética, en la que tuvo tiempo para dedicarse a la política, la escritura, la docencia, el periodismo y la investigación, entre otros quehaceres. En este último campo se convirtió un referente a nivel de historia naval.

La Iglesia de San José, de la parroquia de Campolongo, acoge esta tarde a partir de las 19.00 horas, el funeral del historiador pontevedrés. A este oficio religioso acudirán familia y amigos más cercanos, pero también otros conocidos y vecinos que pretenden despedir simbólicamente en la misa del templo al erudito.

Ayer fue el turno de la familia más cercana. En un acto sencillo y en la intimidad, cerca de medio centenar de parientes e íntimos se reunieron en el tanatorio de San Mauro en torno a las 11.45 horas de la mañana para compartir el dolor por la pérdida pero también los recuerdos más entrañables sobre una persona que deja un inmenso legado bibliográfico, pero sobre todo humano, como apuntan todos aquellos que le conocieron.

Tras unas oraciones en la Sala Número 2 de la casa mortuoria, el coche fúnebre transportó los restos mortales de Amancio Landín, seguido por la comitiva que quiso acompañarle en el trayecto, mientras, otros familiares esperaban ya frente al panteón de la familia Landín, en el Cementerio de San Mauro. Tras nuevas oraciones del sacerdote, fue inhumado junto a las coronas y ramos de flores que familia y amigos le ofrecieron.

Amancio Landín Carrasco, nacido en Pontevedra en noviembre de 1913, estudió en su ciudad natal durante su infancia y adolescencia. En la capital tuvo como maestros a personajes tan reconocidos como Xosé Filgueira Valverde y Alfonso Rodríguez Castelao. Posteriormente, cursó Derecho en Santiago de Compostela. Se convirtió en Doctor por la Universidad de Madrid, pero antes fue profesor ayudante de Derecho Penal a principios de los años 40. En 1941 se presentó a las oposiciones del Cuerpo Jurídico de la Armada y las aprobó.

Fue militar durante casi quince años. Precisamente en esa época fue cuando explotó con mayor intensidad su labor investigadora. Tras pasar unos años en Madrid vino a Marín, donde fue profesor en la Escuela Naval Militar y dio clase al Rey Juan Carlos. Dijo adiós a la vida castrense en 1965. Entonces pasó del Ministerio de la Marina al Tribunal de Defensa de la Competencia. En ese organismo pasó 16 años más hasta jubilarse como vocal, en 1981.

A lo largo de su vida publicó 13 libros y escribió muchas colaboraciones periodísticas.