La afición a los caballos es una tradición en Campañó, pero desde hace una década esa pasión se plasma de forma pública en una cita que se celebra en el único hipódromo existente en la provincia de Pontevedra. Este recinto fue ayer el escenario de la décima Gala Hípica Virxe Peregrina de Campañó, que reunió durante toda la jornada a cientos de aficionados.

La oferta fue constante durante toda la jornada, con presencia de jinetes y ejemplares de Galicia y de Portugal, que participaron en concursos de morfología, una ruta de unos veinte kilómetros por el monte Castrove, con comida campestre y, como novedad de este año, una yincana popular con premios para los cinco primeros clasificados.

La ruta, abierta a todas las edades siempre y cuando los menores acudieran acompañados por adultos, recorrió territorios de Pontevedra, Meis y Poio, con salida y llegada a Campañó.

Los concursos estaban abiertos a caballos, yeguas, potros y pura raza árabes y españoles, ejemplares que atrajeron la atención de todos los presentes por su atractiva estampa. En el certamen se dieron cita alrededor de doscientos caballos, de los que unos setenta lo hicieron en el concurso morfológico.

La Gala repartió 380 euros en premios entre los primeros clasificados, con 120 euros para el ganador, 100 para el segundo, 80 para el tercero, 50 para el cuarto y 30 para el quinto.

El hipódromo de Moldes fue construido en terrenos de la Comunidad de Montes de Campañó con una subvención de 300.000 euros tramitada a través del Concello y se utiliza todo el año para actividades relacionadas con el caballo y entrenamientos de particulares.