La autovía do Salnés arranca en la "macronudo" de Curro, en Barro, una compleja infraestructura viaria ideada en su día para conectar varias carreteras de alta capacidad pero que hasta ahora solo sirve para dos: la propia autovía y la AP-9, que cuenta con una estación de peaje en esa zona.

La Xunta programó hace años otra carretera de cuatro carriles desde Vilagarcía, sin avance alguno y el Ministerio de Fomento tiene en proyecto la A-57-circunvalación de Pontevedra, que desembocará en ese mismo punto. Se trata de trazado entre Pilarteiros (Xeve) y Curro (Barro), el tercero de los tramos de la futura circunvalación tras el de Vilaboa-A Ermida, en obras, y el de A Ermida-Pilarteiros, aún en fase de redacción del proyecto.

Su trazado acaba de ser aprobado sin incluir ninguna de las reclamaciones de los vecinos y el Concello de Barro. Al respecto, su alcalde, Xosé Manuel Fernández Abraldes, ha enviado ya una carta a la Demarcación de Carreteras en Estado en Galicia para que aclara si se mantiene un viejo compromiso ministerial de modificar ese trazado para que evite el núcleo de Curro, o se desoyen definitivamente sus demandas.

El recorrido elegido tiene una longitud de 10,22 kilómetros y un presupuesto estimado de 121.819.783 euros.

Paralelamente, el Ministerio de Fomento tiene en marcha un nuevo proceso de expropiaciones en el único tramo de la A-57 en obras, entre Vilaboa y A Ermida. El proceso afecta a más de 94.000 metros cuadrados, en su mayor parte de ocupación permanente, en los municipios de Pontevedra y Vilaboa.

Se trata en la mayor parte de los casos de propietarios que ya habían sido expropiados en su día, pero donde ahora es necesario ocupar más terreno, ya que en general se trata de ampliar la afección a unas franjas laterales a lo largo de los seis kilómetros en ejecución.

Estas expropiaciones ya se completaron en Pontevedra, entre el 9 y el 19 de julio y hora será el turno de Vilaboa. Los vecinos están convocados del 30 de julio al 9 de agosto en el local social de Figueirido.