Escribió Fernando Fernán Gómez que las bicicletas son para el verano y esa misma frase, pero aplicada a las colchonetas, es la que se ha empeñado en hacer célebre la asociación O Cubreiro, que ayer coordinó la celebración de la décima edición del Campeonato Mundial de Colchonetas.
Un año más, la cita lúdico-deportiva volvió a atraer a la playa de A Panadeira a decenas de participantes de todas las edades. En total, fueron 263 los que entraron en una de las tres competiciones que se celebraron. Pero al margen de aquellos que se animaron a remar en las aguas de Sanxenxo a lomos de un hinchable, también hay que tener en cuenta a los centenares de curiosos que vivieron la singular competición como espectadores, bien a pie de playa o bien desde el paseo como improvisado palco.
De este modo, A Panadeira se convirtió en centro neurálgico un Sanxenxo que lució con mejor ambiente que nunca, ayudado por el sol y el calor que desde bien pronto azotó en las Rías Baixas.
La competición mundial comenzó con la competición de niños hasta nueve años. Ésta fue la más numerosa y en ella, padres, tíos y abuelos ayudaban a los más pequeños a avanzar aguas adentro hasta doblar la primera boya. Obviamente, llegaron en las primeras posiciones aquellos con más edad, como Joaquín Fonseca, que fue primero.
Posteriormente llegó el turno para la categoría "mediana", de entre 10 y 14 años. Muchos de ellos se atrevieron a desafiar el calor con disfraces que no dudaron en poner a remojo en las aguas (ayer relativamente cálidas) de A Panadeira. En esta prueba, la victoria fue para Candela del Campo.
Aunque si los chavales apostaron por atrezzo, la palma en ese sentido se la llevaron los adultos. Superhéroes, animales marítimos, bañistas y hasta un intento más que logrado de Blancanieves con sus siete enanitos y la bruja (que se llevaron el premio al mejor disfraz en grupo y a la mejor colchoneta por su particular cama) se mezclaron con bañistas más tradicionales.
Finalmente, los primeros en alcanzar la meta en la arena fueron Alejandra Mosteiro y Ringo Deza. Pero ayer, más que nunca, lo importante era participar por mucho Mundial que se disputase.
