La plantación de olivos tiene dos aspectos negativos para los comuneros. El primero de ellos tiene que ver con el coste, ya que frente a los 2.000 euros por hectárea que tiene la plantación de cualquier especie, la de olivos se dispara a los 6.000.

El segundo tiene que ver con las horas de luz, un factor que influye directamente en la producción. La planta necesita 2.000 horas de sol al año, y Pontevedra está en el límite. "Pero temos auga, temos solo e temos moita cantidade de terreo sen cultivo. Esto quere dicir que temos as condicións necesarias para arrancar con esta industria", dice Francisco González.