El panorama que atraviesa la flota del cerco en la ría de Pontevedra ha tenido hasta ahora su reflejo en la actividad de sus lonjas, especialmente las de Marín y Portonovo, donde realizan sus descargas buena parte de los barcos de las flotas locales. Mientras las subastas de sardina han caído a la mitad en el primer semestre del año en ambas rulas, el volumen de jurel vendido se ha disparado de forma notable con respecto a los datos del mismo periodo del pasado año.

Según los datos provisionales del portal pescadegalicia de la Consellería do Mar, entre el 1 de enero y el 30 de junio de este año pasaron por las lonjas de Portonovo y Marín menos de 55.600 kilos de sardina, justo la mitad de los 111.000 kilos del primer semestre de 2017. La facturación bajó incluso más, cerca del 75% al pasar de 138.000 euros a menos de 65.000.

Aunque el descenso es drástico en ambos casos, ha sido especialmente intenso en Marín, ya que las descargas cayeron un 80% y apenas se subastaron hasta ahora cinco mil kilos de sardina, cuando entre enero y junio del pasado año se rozaron los 25.000. Por su parte, Portonovo, uno de los epicentros de esta captura en la ría, bajó de 87.000 a 50.500 kilogramos (algo más de un 40%, con unos ingresos de apenas 55.000 euros, la mitad que un año atrás.

En cambio, fue el jurel el que ocupó el lugar de la sardina en la actividad de la flota local del cerco y esta especie experimentó este año un aumento espectacular en capturas y subasta en lonja. Según el mismo portal de la Consellería do Mar, en el primer semestre se descargaron en las rulas de Marín y Portonovo unas 303 toneladas de jurel, muy por encima de las 195 del mismo periodo de 2017. Y la cotización de esta especie también aumentó, ya que hasta el momento suma cerca de 270.000 euros, casi el doble que doce meses antes.

Es Portonovo el puerto que acapara la práctica totalidad de la actividad en este apartado, puesto que Marín no ha visto reflejado el aumento general en sus subastas. De hecho, la lonja marinense recibió este año menos jurel que el pasado, mientras que en Portonovo el incremento ha sido espectacular. Así, por sus bancadas pasaron en este primer semestre de 2018 236.000 kilogramos, más del doble que en el mismo periodo del pasado año, cuando se alcanzaron los 108.000 kilos. Pero en el apartado económico el aumento es aún mayor, casi el triple por encima, al pasado de 80.000 euros a más de 215.000.

Aunque el descenso de la sardina no es la causa principal, sí es cierto que en el cómputo global de todas las especies, tanto Marín como Portonovo reflejan a estas alturas del año peores datos globales que en el primer semestre de 2017. En el primer caso se bajó de 618.000 kilos a 556.000 y en Portonovo se suman hasta ahora 727.000 kilos, cuando hace un año se superaba ya el millón.