En verano las retenciones interminables parecen garantizadas cada fin de semana en el corredor entre Portonovo y A Lanzada, en Sanxenxo, es decir, el tramo de dos carriles de circulación que avanza desde la Autovía do Salnés hasta el istmo. Lo peor, como se constató ayer, es que para originarlas ni siquiera es necesario que apriete el sol para llevar hasta la emblemática playa a miles de bañistas.

No importó que fuera una jornada gris, por momentos incluso fresca. Aún así se formaron los embotellamientos de costumbre, por la mañana y por la tarde, para entrar y para salir del istmo.

Antes y después de esa vía hay carreteras de cuatro carriles de circulación -dos en cada sentido-, como son la propia Autovía do Salnés y la carretera que discurre a lo largo del istmo y es el único acceso rodado al Concello de O Grove.

Ese corredor, como se explicó en tantas ocasiones, se convierte, por tanto, en "una ratonera" que desata el caos viario y genera indignación y rabia entre los usuarios.

Fueron muchos los que ayer quisieron denunciar este nuevo episodio que los lleva a demandar por enésima vez el desdoblamiento de la vía rápida y su conversión en autovía.

En ello inciden también desde el gobierno de O Grove, que dirige el socialista José Cacabelos y que en infinidad de ocasiones reclamó a la Xunta que salde esta "deuda histórica".

Tanto el primer edil como los vecinos y empresarios de O Grove, al igual que hacen muchos de Noalla, Portonovo y otros puntos de Sanxenxo que sufren las consecuencias de estos embotellamientos -sus clientes se ven igualmente atrapados en ellos-, vuelven a criticar tanto estas retenciones como la presencia del contestado semáforo instalado en Noalla para facilitar que los peatones accedan desde A Revolta hacia la playa.

Hay que destacar, y así lo reconocen muchos de los automovilistas que se quejan, que las retenciones viarias se produjeron siempre, ya que su principal origen está en la existencia de solo dos carriles en el corredor.

Pero añaden que el citado semáforo, colocado a petición del Concello de Sanxenxo, "solo contribuye a empeorar las cosas".

Este es su primer verano en funcionamiento y parece que la experiencia no puede ser peor.

A raíz de los primeros embotellamientos, a principios de mes, el propio Concello de Sanxenxo reconoció problemas y anunció que se modificarían los tiempos de espera y paso para dar mayor fluidez al tráfico en el semáforo, pero ni siquiera eso parece funcionar y los atascos, por momentos "insufribles", siguen produciéndose. Lógicamente con repercusión directa sobre el tráfico tanto en el istmo como en la autovía.