Mientras Marín y Portonovo registran un descenso en lo que va de año en su actividad, el balance global de las cuatro lonjas de la comarca en la ría (estas dos más las de Pontevedra y Campelo) contabilizan en este primer semestre un notable incremento de facturación, de más de 1,5 millones de euros que se debe sobre todo a la gran subida que experimenta la rula de Poio.

De hecho, es este recinto el que concentra todo ese aumento y compensa con creces las caídas en los demás. Esta caída de la facturación en Portonovo no tiene por qué entenderse como una brusca caída de capturas para la flota. Así, el patrón mayor de Portonovo, José Antonio Gómez, resalta que aunque cuestiones como las políticas pesqueras, cuotas y otros factores sí tienen algo que ver, la principal razón de este descenso es que la flota tuvo que desplazarse a otros caladeros a buscar sus capturas, por lo que las descargas se realizaron también en otros puertos fuera de la ría.

En cuanto al ascenso de Poio, se rozan las 340 toneladas, 125 más que en el primer semestre del año anterior, con la almeja japónica como principal exponente ya que ronda las 300 toneladas.