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Víctor González Sánchez: "Asia y Oriente generan refugiados, pero no el mayor movimiento migratorio actual"

"Es insolidario que la UE cierre sus puertas a una integración con muchos factores positivos"

Víctor González Sánchez dirige el curso de verano de la UNED que analiza la migración actual. // R. Vázquez

La Uned acoge estos día un curso sobre las Migraciones en el siglo XXI, dirigido por el profesor Víctor Manuel González Sánchez. El principal objetivo de este curso es mostrar las principales características de la migración en nuestros en días, desde una perspectiva multidisciplinar. Asimismo, se pretenden tratar las particularidades de aquellos migrantes con ánimo de retorno, unido a la situación de los que deciden permanecer en el exterior.

-¿Hay mucha diferencia entre el fenómeno migratorio en el primer mundo y en las zonas menos desarrolladas?

-En el fondo, ninguna. La historia nos muestra que las razones que empujan a una persona a emigrar son diversas: motivos bélicos, económicos, sociales, educativos o, incluso, religiosos.

-¿Afecta de una forma más visible a alguna zona concreta del planeta?

-No. Pero es cierto que los problemas en Oriente Medio, Siria, y África están provocando unas consecuencias directamente vinculadas al fenómeno migratorio, pero con vertiente social.

-Las posturas de muchos estados con respecto a los refugiados tienen mucho que ver con posicionamientos políticos y repercusión económica...

-Estamos ante un fenómeno con muchas aristas. Negarse a cumplir acuerdos y a acoger refugiados es poco solidario, sobre todo porque la integración tiene mucho efectos positivos. La Unión Europea no puede pretender escoger sola parte ventajosa de acoger inmigrantes y desechar aquellos efectos que consideran que les son perjudiciales.

-La llegada masiva de refugiados a Europa ¿tendrá fin en un futuro a corto plazo?

-No. La única forma de frenarlo es evitar que la gente se vea obligada a desplazarse. Nos encontramos con ejemplos, como el reciente de Turquía, que llega a pedir dinero a otros estados a cambio de no inundar Europa de refugiados. Está claro que esta no es la solución. Y negar que existe un problema en los países de origen, tampoco. Hay que ayudarles a desarrollarse y que la población de estos países tenga cubiertas sus necesidades básicas.

-Un reto complejo...

-Mucho. No hay interés en afrontarlo. Ahora mismo los medios de comunicación están centrados en los movimientos migratorios del Mediterráneo, pero analizando este complejo migratorio desde el punto de la gente que va y viene no tiene mayor importancia que en otros lugares del planeta. Si unos refugiados sirios buscan un país de acogida consiguen más interés mediático que una familia entera de bolivarianos que llega España y se enfrenta a serias dificultades para asentarse aquí; pero esto no es noticia.

-¿A qué cree que se debe la diferente sensibilidad con ambos casos?

-A no partir de la base de que en ambos casos los movimientos migratorios tienen la misma motivación: una situación inhóspita en el país de origen que obliga a la población a buscar mejores condiciones en otros lugares.

-¿Asia y África tienen en Europa su referente a la hora de hablar de migración?

-Salvo excepciones, no. Los movimientos más destacados se producen dentro del mismo continente. La población busca países de referencia en los que pueda conseguir mejorar su realidad personal. Hay mucho movimiento de Europa hacia Europa, pero siempre ponemos el foco en los que vienen de fuera. En América Latina, por ejemplo, hay excepciones, ya que Estados Unidos es su referente.

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