La agonía para las 13 familias del lugar de San Amaro, en Barro, afectadas por las obras del Eje Atlántico no cesa. El pasado viernes, los vecinos recibieron una carta por parte de Adif. A priori, este hecho era positivo, porque todos esperaban que en el documento se informase de una fecha para establecer una reunión y solucionar definitivamente el problema de abastecimiento de agua que padecen desde hace más de ocho años por el secado de sus pozos para construir la vía.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. En el escrito remitido, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias les lanzaba un ultimátum: tienen dos meses para regularizar la situación. Sino, se quedarán sin agua.

En la carta, Adif solicitaba a los vecinos que se constituyan como comunidad de usuarios y se hagan cargo del depósito de abastecimiento de agua construido por la empresa en su momento, ya que ésta dejará de costear todo lo referido a él como sí ha tenido que venir haciendo hasta ahora, pese a sus intentos pretéritos por deshacerse de la carga.

"Se piensan que los gallegos somos tontos, porque encima les dicen a los vecinos que, como acto de buena fe, se ofrecen voluntarios a tramitar este cambio de titularidad con Augas de Galicia. Es una tomadura de pelo más que los afectados no aceptarán. Plantarán batalla porque no hay nada firmado", aseguró ayer el alcalde, Xosé Manuel Fernández Abraldes, tras reunirse con los residentes.

Ahora, la intención de Abraldes es que la subdelegada del gobierno, Maica Larriba, se reúna con él para pactar una intermediación Adif y solucionar una pesadilla que no cesa.