Una operación que se prolongará unos cinco meses y que comenzará en agosto, unos días más tarde de lo previsto debido a la complejidad de los preparativos. La Xunta y la empresa adjudicataria, Civis Global, ya tienen todo dispuesto para comenzar los trabajos de rehabilitación integral del puente da Barca, una estructura más que centenaria y que recibirá su primera actuación global en los últimos 25 años.

La demora en el comienzo de las obras, previsto inicialmente para mediados de este mes de julio, se debe sobre todo a la espectacularidad del andamiaje que "envolverá" en buena parte el arco, los pilares y la plataforma superior del viaducto. Fuentes de la Consellería de Infraestructuras explicaron ayer que ya está firmado el contrato con la adjudicataria, que presentó una oferta de 930.809 euros, y se gestiona la contratación del andamiaje con el que se "renovarán las marquesinas y se reparará toda la estructura del puente, lo que hace necesario cubrir con andamios todo el arco".

Además, está previsto modernizar su iluminación y acometer una limpieza de toda la estructura, pero sigue descartada la ampliación de las aceras. La nueva cubierta será más duradera y con una estética mejorada y el alumbrado tendrá luces led.

Plan de trabajo

La empresa ha presentado un plan de actuación en ocho fases, que comenzará con el desmontaje de las marquesinas para después acometer reparaciones en el vano principal. Será a continuación cuando se produzcan las primeras restricciones en el tráfico, con la reducción parcial del ancho de los carriles y el cierre de aceras para realizar el acopio de material, desmontar las barandillas y comenzar a colocar el andamiaje. Esta labor ocupará al menos tres de las ocho fases. La séptima incluye la instalación de la nueva marquesina y barandillas y todo finalizará con el reasfaltado de la calzada si fuera necesario.

Sobre un total de trece propuestas empresariales, la Xunta se inclinó por la cuarta más barata (un 25% menos del presupuesto inicial) y que se ajustaba estrictamente a los cinco meses de plazo máximo marcado en el concurso de licitación de las obras. El objetivo es que el viaducto sobre el Lérez, integrado en la carretera autonómica PO-531, muestre su nueva imagen a finales de este año o principios de 2019.

La sustitución de la marquesina existente por otra nueva es la actuación más llamativa y se indica que "la actual estructura de madera presenta zonas con degradaciones en forma de pudrición producidas por hongos, ataques de carcomas en correas y delaminaciones" y en lo que se refiere a la cubierta, se alerta de "su ausencia en ciertas zonas, así como el deterioro generalizado". Este mal estado no permite reparación posible, por lo que se procederá a su sustitución completa".