El área sanitaria de Pontevedra cuenta con cinco pediatras itinerantes. Inés del Río es una de ellas. Atiende los centros de salud de Ponte Caldelas, Carballedo, A Lama y Tenorio, prestando asistencia en cada uno de ellos algunas horas a la semana. Con un cupo que alcanza los 1.000 menores, Inés del Río asegura que invierte mucho tiempo en desplazamiento que no siempre resta de la consulta para acabar la jornada insatisfecha con la calidad de la atención sanitaria que presta.

-¿Cómo es el día a día de un pediatra itinerante?

-Muy estresante. Llevo mi equipo siempre en el coche porque no sé en qué momento me puede hacer falta. Y mucho tiempo colgada del teléfono, atendiendo las llamadas de pacientes que me derivan de los centros en el que no me toca estar.

-¿Se puede atender una dolencia infantil por teléfono?

-Las familias me llaman para saber qué hacer los días que no voy a su centro.

-Eso es porque confían en su pediatra a pesar de la precariedad del servicio.

-Sí, pero tanto para mí como para los cuatro compañeros que hacen itinerancia en esta área es mentalmente agotador. Tanto que de los cinco, cuatro vamos a optar a otro tipo de plaza, más estable.

-La administración aduce falta de profesionales. No hay pediatras suficientes. ¿Cuál es la solución?

-Tanto los profesionales como las sociedades científicas entablamos hace meses unas conversaciones con la Consellería en las que pedimos una mejor distribución de los recursos, para dar una mayor calidad.

-¿Cómo sería esa reorganización?

-Estaría basada en el concepto de accesibilidad, pero no en el sentido exacto de proximidad, como se entiende a veces, puesto que la consideramos uno de los pilares de la Atención Primaria de Salud. Sería apostar por los centros de salud mejor ubicados en general con mejor acceso al hospital, que nos permitan atender desde ahí a toda la población que corresponda

-¿Eso implicaría que los niños de A Lama, por ejemplo, se tendrían que desplazar a ese centro de salud centralizado?

-Exacto. Pero lo harían para ganar en calidad. Eso nos permitiría a los pediatras trabajar con un equipo, con una o dos enfermeras especializadas y desarrollar programas como "Niño Sano" con tiempo y calidad. Además, hay que tener en cuenta que ahora los niños de A Lama tampoco acuden caminando al centro de salud. Eso en el rural no es posible.

-¿Cómo ve la administración esta solución?

-Estamos negociando. Los pediatras itinerantes llevamos tiempo trasladando a la Gerencia que no estamos contentos con el resultado de nuestro trabajo. Yo quiero estar en un sitio donde prestar una atención de calidad y con estos medios no puedo hacerlo. Tengo que trabajar con cuatro enfermeras diferentes a la semana. Es imposible hacer una planificación así.

-¿Cómo cree que se tomarían las familias este cambio?

-Yo les pedirían que confiasen en nosotros y que prueben. De A Lama a Ponte Caldelas tienen 7 minutos en coche. Ahora nadie cuestiona qué pasa con esos tres días a la semana en que no tienen un pediatra en su centro de salud. Si todos consensuamos una solución que pase por la centralización, tendrán una atención pediátrica de más calidad.