La defensa de Oswaldo O.G., acusado de un delito continuado de agresión sexual, maltrato y lesiones a su pareja, se basó en los argumentos de la sentencia de "La Manada" para pedir su absolución de agresión sexual y maltrato -por los que la Fiscalía pide un total de diecisiete años de prisión-, para calificar los hechos de lesiones y rebajar la condena a dos años de cárcel. En la última sesión de este juicio, celebrado ayer en la Audiencia Provincial de Pontevedra, el abogado de Oswaldo O.G., se acogió a las tesis de la sentencia de la Audiencia de Navarra que absolvió de agresión sexual a los miembros de "La Manada" , argumentando que "si hay prueba no hay nada más" y asumiendo que lo cometido por su defendido fue "una humillación" sobre su pareja, pero no una agresión sexual.

Volviendo a los argumentos del fallo de "La Manada", el letrado parafraseó esta sentencia para decir que "no hay agresión sexual si no hay violencia", sosteniendo que la víctima no se sentía en peligro y de ahí que entre que ocurrieron los hechos, en la noche del 25 de agosto de 2016, y hasta el día siguiente, cuando presentó la denuncia, "no hizo nada" por ponerse a salvo ni escapar de su supuesto agresor.

Juicio de la colza

El letrado también se retrotrajo hasta el histórico juicio de "la colza" al abordar el asunto de las muestras de ADN. Afirmó al respecto que "desde la colza todo lo relacionado con la citología parece ser que todos son bichitos que se mueven y no es así", defendiendo que si bien se recogieron muestras en la víctima que se corresponderían con el ADN del acusado, ambos habían sido pareja durante cinco años "y no se sabe cuándo se dejaron esas células ahí".

En su alegato final, el acusado pidió perdón a la víctima en una extensa declaración entre sollozos ocasionales, en la que manifestó que "cometí el error que comenten los cobardes, que fue maltratar a una mujer; yo no soy un cobarde, por eso pido perdón, me arrepiento muchísimo".

Insistió, como antes lo hizo su abogado, en que no hubo agresión sexual, si bien admitió las lesiones cometidas "un día determinado" en el que se sintió "confuso, perturbado" y que "no pensé en ningún momento que fueran tan graves".

Dos años preso

En su última declaración ante el tribunal, el acusado explicó también que "vine de Cuba huyendo del comunismo, buscando la libertad, y la ironía del destino fue que llevo dos años preso", plazo de tiempo al que su abogado quiere reducir la condena.

Pero al margen de las consideraciones del acusado y de su abogado, fiscalía y acusación particular consideran probados los hechos y mantienen la petición de diecisiete años de prisión, si bien modificando la acusación en cuestiones accesorias. Solicitaron además una prórroga de la prisión provisional con otros dos años, dado que el internamiento actual está a punto de concluir.

En sus conclusiones, la fiscal suprimió un párrafo en el que se decía que el hombre llevaba un cuchillo escondido en la parte trasera y añadió otro que afirma que "le tiró del cabello y le dio patadas provocando que la víctima cayese al suelo". La fiscal aseveró que la agresión, el maltrato y las lesiones han quedado demostradas y que la víctima sufrió un "hostigamiento continuo, amenazas de muerte y dos agresiones sexuales" en el día de los hechos, en los que el agresor se aprovechó del estado de vulnerabilidad de la mujer, que hizo ante la Policía y ante el juzgado "un relato coherente, sin fabulación".

También la acusación particular subrayó la "credibilidad y verosimilitud" del relato de la víctima, que se suma a las "muchas pruebas" de los hechos denunciados, en los que Oswaldo O.G. habría maltratado y agredido sexualmente a su pareja, movido por "celos enfermizos".