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El meollo

Más Gafos

Más Gafos

El meollo de la cuestión está en saber si detrás de la reciente expropiación de un terreno limítrofe con el río dos Gafos en su entronque con Campolongo también llegará, por fin, la recuperación de otras parcelas fronterizas que tanto afean el discurrir de la zona fluvial junto a la avenida de Mª Victoria Moreno o si, por el contrario, habrá que seguir esperando para su conveniente rescate otros veinte años de mandato del alcalde Lores y el BNG.

El concejal menos visible del equipo de gobierno municipal, Alberto Oubiña, acaba de asomar la cabeza y tener un minuto de gloria en su condición de responsable de la Concellería de Xardíns. Solamente fue un hola y adiós; visto y no visto. El edil nacionalista ha anunciado sin demasiado predicamento esa pequeña expropiación de un terreno cubierto por un feo muro entre una vivienda familiar (antiguo Syroco en el bajo) y un taller de reparación de automóviles, a mitad del primer tramo de la antigua Fernández Ladreda hacia la avenida de Vigo.

La recuperación de ese lugar, cuyo trámite de expropiación no era bien conocido, ha permitido la retirada de unas vallas publicitarias tan horrorosas como antiestéticas. Sin embargo, todavía quedan otras cuantas por eliminar junto a dicha acera, que restan pulcritud y brillo a esta ciudad de premio.

Alberto Oubiña ha explicado que el terreno recuperado será objeto de una modesta actuación de limpieza, adecentamiento y poco más, porque 380 metros cuadrados no dan para mucho. No obstante, también ha comprometido la instalación de unos bancos y unas mesas junto al acceso directo que se abrirá desde la propia avenida. Eso está bien.

Pero el concejal de jardines no ha dicho una palabra sobre la anhelada expropiación de la esquina de la discordia, donde O Gafos pierde la luz y se oculta a su paso por Campolongo. Allí se habló un día de instalar una gasolinera, proyecto que era una barbaridad y no prosperó. A pesar de eso, por alguna razón poco clara, el alcalde Lores y su equipo de gobierno nunca encararon esa recuperación. Y mientras el Ayuntamiento no disponga de esa parcela, el proyecto siempre tendrá un punto negro y el neófito Oubiña nunca podrá sacar mucho pecho.

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