La Diputación y el Museo de Pontevedra muestran su agradecimiento a la familia propietaria de esta obra que tras una cesión puntual para la exposición "Meu Pontevedra", ahora aceptó una cesión temporal por un período inicial de cinco años. La familia propietaria, que en todo momento quiere permanecer en el anonimato, fue la encargada de custodiar los dibujos originales durante todo el tiempo que permanecieron "desaparecidos" para el público.