En la jornada de ayer también prestaron declaración los responsables de la Policía Nacional que coordinaron la investigación que llevó a la detención de los dos acusados semanas después de los hechos, en septiembre de 2016.

La investigación arrancó sobre el entorno de la víctima y pronto les llamó la atención unos trabajos de un muro de cierre que se habían realizado días antes en la vivienda. Entre los obreros que trabajaron en casa de la víctima estaba Constante Sánchez, quien aportó versiones poco consistentes sobre lo que hizo el día de los hechos. Además, las sospechas se dispararon cuando comprobaron que ese día había vendido joyas en un establecimiento de compraventa de oro dejando su DNI. Joyas que luego comprobaron que pertenecían a la víctima. Constante fue detenido al día siguiente de los hechos por el coche robado, pero en aquel momento no se le pudo relacionar con el crimen. Utilizó su derecho de una llamada telefónica para conactar con el otro acusado.