Con dos amigos que se echan a la carretera en un viejo Dodge Charger de 1968 comienza un viaje "a tumba abierta" en "Sen piedade", la novela más negra de todas las que el escritor Pedro Feijoo ha publicado hasta el momento. Ayer estuvo en Pontevedra firmando ejemplares en la Festa dos Libros. Lo hizo con la resaca que todavía arrastra del éxito de su anterior obra, "Camiñar o Vigo vello".

-Pese al gran éxito de "Camiñar o Vigo vello", sus lectores más fieles celebrarán la publicación de esta nueva novela...

-Sí, ha sido una alegría enorme porque al fin y al cabo "Camiñar o Vigo vello" es un libro de historia local que tuvo muy buena respuesta, con dos ediciones en cuatro meses. Es increíble, un regalazo enorme.

-Se le ve más satisfecho con él que con otras obras anteriores.

-Es que ese libro tiene mucho de deuda personal. Yo soy el nieto de Manuel de la Fuente, aprendí en FARO a seguir precisamente la huella de todas esas historias con él... A lo que hay que sumar todo lo que la ciudad me ha regalado a mí. Este libro era pagar toda esa gratitud.

-"Sen piedade" tiene un título muy sugerente. ¿Qué nos vamos a encontrar en esta novela?

-Es la primera vez que tengo un título claro desde el principio. "Os fillos do mar" se iba a llamar de otra manera hasta dos días antes de llegar a la imprenta. Y así con todos. Sufro muchísimo (Risas).

-¿Qué le hizo verlo tan claro en esta ocasión?

-No podía ser de otra manera. Juega a ser una "road movie", aparentemente es la historia de dos chavales, dos desgraciados que se tiran a la carretera, pero en realidad es otra cosa. Lo que me preocupan son las otras dos historias que hay debajo. Las protagonistas son tres mujeres, que no tienen ni una sola palabra en toda la novela. En algún caso parece que no tengan ni nombre. Era algo que quería hacer porque en la calle está pasando exactamente lo mismo, creo que es algo sobre lo que tenemos que llamar la atención. El libro tiene mucho de ajuste personal.

-¿En qué genero lo enmarca?

-Eso me cuesta muchísimo. Aparentemente es un libro de carretera, una historia que por los protagonistas se parece más a una novela negra, quizá la más negra de las que he escrito. Es un ajuste de cuentas con la realidad, conmigo mismo. Es una deuda de mujeres.

-¿Es un libro feminista?

-Me da un poco de miedo porque es una etiqueta que está tan encima de la mesa que yo no quiero, ni de lejos, que parezca que yo me estoy aprovechando de ello. Para que nadie piense eso, diría que no, que no es un libro feminista. Pero sí es un libro de sentido común, en el que intento llamar la atención sobre todo ese manto de silencio con el que se tapan las historias que se deberían poner en valor. Es como estos días con los de "La Manada". No se para de hablar de ellos, pero de quién habría que preocuparse es de ella, que es la víctima, en quién tendríamos que estar permanentemente pensando.

-¿Y Pedro Feijoo? ¿Es feminista?

-Intento ser una persona que echa mano lo máximo posible del sentido común. Cuando trabajamos de la mano unos con otros, nos complementamos, nos escuchamos, cuando nos ayudamos, abrazamos, es cuando funcionan las cosas. No creo que sea una cuestión de feminismo o no, es como yo entiendo la vida. Yo solo no soy capaz ni de atarme los cordones.

-¿Qué espera, por parte de los lectores, con "Sen piedade"?

-Esperar algo ya es casi una arrogancia, una temeridad. Yo sé que en mi caso tengo el regalo inmenso en el que el público no te deja solo. Es un viaje en el que siempre estoy acompañado. Y es algo que busco, además. Yo no escribo para demostrar lo mucho que sé, sino para compartir y que haya diálogo.

-¿Es una presión?

-Una responsabilidad. Te vas dando cuenta de que no vale todo, que hay que ser consciente de lo que haces y con quién estás hablando. Esto es algo muy valioso.

-¿Qué significa Xerais en toda esta aventura?

-Xerais es como una familia, una tribu... Se lo debo todo a ellos, empezando por Manuel Bragado. Ya me voy haciendo a que a partir de ahora mi editor será Fran Alonso.