Los vecinos de Vilaboa, desde su campamento de resistencia en Santa Cristina de Cobres, le han puesto cara, nombre y apellidos a los damnificados por la falta de planificación urbanística en muchos núcleos de la comarca y -como consecuencia de ello-, a la amenaza de derribo de sus viviendas. Pero no son los únicos afectados que esperan una solución a este problema, que consideran creado por las propias administraciones públicas, al aprobar normas urbanísticas contradictorias con las indicaciones que desde los propios Concellos se ha dado durante décadas a los vecinos, permitiéndoles construir viviendas que ahora la ley condena a la piqueta.

A las aproximadamente cuarenta viviendas afectadas por esta situación en Vilaboa se suman aproximadamente un centenar en el litoral pontevedrés y algunos cientos más en Sanxenxo.

Si bien en Vilaboa se han organizado a través de una plataforma vecinal, que ha sabido poner el foco de atención sobre la situación que padecen las familias afectadas por sanciones y amenazas de derribo, en Poio y Sanxenxo son cientos los vecinos perjudicados por la ley de Costas y por un planeamiento urbanístico sin adaptar a la misma, que supone multas coercitivas para cientos de vecinos y amenazas de derribo para algunos de ellos.

Lourizán

En Lourizán los daminificados también se han organizado a través de la Asociación de Vecinos Afectados pola Ausencia de Planeamiento Urbanístico Adaptado (Aveloplan). Este colectivo alertó en una primera asamblea -celebrada el pasado año- de que al menos 8 viviendas del núcleo de O Regueiriño están directamente amenazadas de derribo, si bien son muchas más las que lo estarán en un futuro si el Concello de Pontevedra continúa sin aprobar un plan de ordenación municipal, según indica la portavoz vecinal, María Martínez.

Este colectivo acusa al gobierno local de "no hacer nada" para avanzar en la solución de su problema, mientras que otros aquejados de la misma situación, como el de Vilaboa, sí avanzan en la aprobación de su PXOM. "En Pontevedra no se ha llegado ni a tramitar y, mientras, un borrador del plan que nos costó más de un millón de euros a todos los ciudadanos sigue guardado en el cajón", denuncia Martínez.

Tanto en el caso de Vilaboa, como de Pontevedra, Sanxenxo y los restantes núcleos expedientados por la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística (APLU), los vecinos exigen una solución a su problema y que, mientras esto no ocurre, se suspendan los expedientes y se paralicen las órdenes de demolición. Entienden que una pronta aprobación de los planeamientos urbanísticos, o los planes parciales que solventen la ausencia de los primeros, solventaría este conflicto social.

Otra queja que les une es criticar a las administraciones públicas implicadas en este asunto, porque "están demostrando mucha más diligencia en tramitar los expedientes sancionadores y en aplicar multas, que en tramitar las normas urbanísticas que podrían solucionar el problema".

Proyecto vital

La portavoz de Aveloplan subraya que esta situación está arruinando el proyecto vital de muchas familias, principalmente parejas jóvenes con hijos, que han construido su vivienda hace pocos años, "cuando los responsables municipales de Urbanismo les dijeron: tú vete haciendo que no te vamos a poner problemas y el plan se va a aprobar" y ahora una administración superior, como es la Xunta de Galicia, les sanciona por levantar una construcción al margen de la ley. "Y encima nos vienen con la prepotencia de decir que el problema lo tiene solo el que construyó mal", lamenta la portavoz de Aveloplan.

Este colectivo entiende que un 99% de las viviendas afectadas por esta situación son legalizables si se aprobase un nuevo plan urbanístico "pero el Concello de Pontevedra no quiere ni empezar".

En el caso de Sanxenxo son cientos de vecinos, residentes de diez núcleos, los que se encuentran en este mismo caso.

La falta de delimitación de núcleos afecta a Major, Foxos, Fontenla, A Revolta, Arnosa, Festiñanzo, A Granxa, Cavicastro, Nanín y Seame, si bien en este municipio los perjudicados no están organizados en un colectivo.