| Una auténtica celebración vivió ayer por la tarde la zona monumental de Pontevedra con la tradicional "Gran fiesta fin de cole" organizada por los comerciantes. Los más pequeños fueron los auténticos protagonistas y pudieron participar en numerosos juegos y talleres al aire libre. El buen tiempo y el calor facilitaron todas las actividades, que contaron con muchos niños. Una de las que tuvo más éxito fue el rocódromo que se instaló en la Praza de Curros Enríquez, de ocho metros de altura. También en este emplazamiento tuvo lugar un taller de grafitti. Aunque el evento que arrancó más risas de los niños fue la fiesta de la espuma, la más esperada por todos. Comenzó a las siete de a tarde en la Praza da Pedreira y contó con la participación de un DJ. Talleres de repostería, un circuito de karts y una pista americana completaron la oferta lúdica para dar la bienvenida al verano.