El concejal Rafael Domínguez se convertirá el próximo sábado día 30 en el nuevo presidente del PP local, pero ya actúa como lo que será inmediatamente después: candidato oficial de los populares para disputarle la Alcaldía a Miguel Fernández Lores. Domínguez presentó ayer los "cerca de 200 avales" con los que cumple con creces la exigencia de 150 firmas para optar a la presidencia de la junta local de Pontevedra, a la que opta como único candidato.

Lo hace una semana antes del plazo establecido por la comisión organizadora del congreso local, que finaliza el próximo jueves y lo hace también en "modo candidato electoral". Toda su intervención de ayer, tras entregar los avales, se centró en defender la "necesidad de un cambio" en la Alcaldía, como así se "constata en las reuniones que mantengo con los militantes y simpatizantes". A su juicio "hay ilusión por el cambio", dijo, aunque de inmediato matizó que ese cambio debe realizarse "en el partido, pero también en la ciudad".

Rafael Domínguez insistió en que su proyecto se basa "en tres premisas: ilusión, diálogo y Pontevedra, y a eso me dediqué a lo largo de estas semanas" desde que anunció su candidatura y que dedicó "a patear el municipio, a escuchar a nuestros afiliados y a transmitir mi idea de Pontevedra.

El concejal destacó "lo curioso que resulta que en cada visita a una parroquia se repitan los mismos problemas: saneamiento, abastecimiento o limpieza, en las parroquias hay pontevedreses de segunda, y yo quiero ser el alcalde de toda Pontevedra", un claro mensaje de que ya da por seguro que encabezará la lista del PP, después de que el partido optara por su figura tras barajar antes al menos un par de nombres distintos.

El cambio con su antecesor, Jacobo Moreira, también parece patente en algunas de sus declaraciones sobre la gestión de Lores. Sí repite la habitual consigna de que "os vecinos de Pontevedra piden empleo" y que "Pontevedra no puede ser la ciudad gallega con más paro y con la renta media más baja de Galicia". También insistió en que "los vecinos piden diálogo, porque en Pontevedra hace mucho tiempo que se dejó de escuchar". Otro de los mensajes habituales del PP, que Domínguez no abandona es que "no hay ninguna obra importante en Pontevedra en el último mandato. Los vecinos que se quejan de los lombos o del compostaje".

Pero también puso sobre la mesa una visión diferente a la de Moreira en cuanto al modelo urbano, hasta ahora blanco de las críticas populares. El nuevo presidente local virtual aseguró que "no voy a cambiar lo que está bien, el modelo de ciudad no es ya del BNG, el modelo de ciudad es de todos los pontevedreses" y añadió que "los primeros años de Lores fueron muy buenos".

No es habitual escuchar estas valoraciones en dirigentes del PP, si bien Domínguez pronto volvió a la senda habitual al añadir que "Pontevedra precisa algo más: un proyecto de ciudad, un proyecto que combine la calidad de vida de la que disfrutamos con oportunidades para trabajar. Una ciudad que no sea hostil a las empresas y en la que los empresarios se atrevan a invertir sin temor a que el Concello le ponga trabas". En los próximos días estará en las parroquias de Bora, Salcedo y Pontesampaio, y que el próximo martes mantendrá un encuentro en la ciudad "para compartir entre amigos ideas, visiones y proyectos".