La crisis económica de 2008 dio al traste con el continuo aumento en el número de empresas con actividad en Pontevedra, que llegó a superar en los primeros años del nuevo siglo el 6 por ciento anual. Una década después del inicio de la recesión, empieza a hacerse patente su paso, con ligeros aumentos que alcanzan las cifras similares a las de 2005.

El municipio capitalina acumulaba desde 1999 un continuo incremento en el número de empresas que tenían actividad en él. Siempre con un claro predominio del sector servicios, contaba ese año con 5.311 empresas. Al siguiente, 2000, serían ya 5.501 y, con el cambio de siglo, en 2001, la cifra total se situaría en las 5.634. Son datos de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas facilitados por el Instituto Galego de Estatística, IGE.

Era evidente que la bonanza económica había encontrado en la ciudad una buena aliada, ya que el crecimiento no cesaría: 5.784 empresas en 2002, 5.959 en 2003 y 6.344 en 2004. Sería precisamente en ese año, con un incremento de 385 empresas con actividad en el concello, el que marcaría un punto de inflexión, ya que la subida había sido de un 6,46 por ciento, la más elevada.

Si la crisis comenzaba en el citado 2008, en Pontevedra no se dejaría notar especialmente hasta el año siguiente, ya que la primera caída en el número de empresas se daría entre 2009 y 2010. Cierto es que en 2008 se contaban 7.137 y al comenzar la crisis tan solo aumentó ese número en tres más, quedándose el total al año siguiente en 7.140, el incremento más bajo desde 1999. Tanto fue así que en 2010, ya en plena recesión, la caída fue de más de un 4 por ciento y el número de empresas con actividad en la capital se redujo a 6.841.

De ahí en adelante ya no habría vuelta atrás, en continuo descenso, hasta hace tres años, cuando se produjo el primer incremento. Entonces, se cerraba 2014 con 6.432 empresas y se iniciaba 2015 con 6.514. El siguiente, 2016, por su parte, se situaba en las 6.629 empresas, lo que cierra el ciclo en un claro regreso a cifras similares a las de entre 2005, con 6.593.

La tendencia registrada en el concello de Pontevedra fue similar es los otros tres grandes de la comarca: Sanxenxo, Marín y Poio.

En la localidad turística por excelencia ocurría lo mismo que en la capitalina, con continuo incremento, con una salvedad, que entre los años 2005 y 2006 se produjo una caída del número de empresas de casi un 2 por ciento. Pero, tras una recuperación, sería la de 2008 la que marcaría la crisis. Ello supondría que si comenzó 1999 con 1.053 empresas, y tras haber alcanzado el máximo de 1.683, el último dato del que se tiene registro es de 1.955 a inicios del año pasado.

En cuanto a Marín, la primera reducción sí coincidió con el propio año de la crisis, 2008, fue cuando las empresas que tenían actividad en la villa se redujeron por primera vez en varios años. Hay que aclarar que, en todo caso, los incrementos no eran tan elevados como los registrados en Pontevedra.

En 1999 tenía 1.163 empresas y cerraba 2017 con menos de 1.300, cuando había llegado a tener 1.431.

Por último, a Poio, que comenzó el siglo rozando las 900 empresas con actividad en su municipio, la crisis le alcanzaba en el año 2009, al igual que a la capital. Fue ahí cuando la cifra máxima de empresas fue de 1.203. Actualmente ronda las 1.128.

40 aniversario

La asociación de empresarios de la pequeña y mediana empresa de Pontevedra, Aempe, que este año cumple los 40 reconoce que han sido décadas de cambios. "Coincidió un cambio en la ciudad que ha ido parejo a todos los cambios experimentados a nivel general, al coincidir con el inicio de la democracia", aseguró ayer su presidente, José María Corujo.

La asociación apuesta por adaptar el tejido empresarial a los nuevos tiempos. "En lo económico, estamos saliendo de una crisis y, además, se está produciendo un cambio muy fuerte, especialmente en lo tecnológico. En lo digital está el cambio, que va a incidir de forma muy fuerte en sectores como el comercio", sentenció.

En el último estudio realizado por Aempe sobre el tejido empresarial en Pontevedra, Marín y Poio se apuesta por aprovechar las sinergias creadas con el área poblacional de Vigo, el norte de Portugal, así como el aeropuerto de Peinador, y la ampliación del mercado objetivo incluso a nivel europeo.

Para el colectivo, la clave está en aprovechar también las nuevas tendencias en hábitos de consumo y en la formación a todos los niveles.