Condenado en dos ocasiones a sendas penas de seis años de prisión por tráfico de hachís y los mil kilos de cocaína del buque Sara James, Eduardo Eugenio Otero Castro había logrado reunir un patrimonio de unos 728.000 euros entre 1997 y 2002 a pesar de apenas tener ingresos y con solo seis años de trabajo en 31 de vida laboral.

Ayer, este vecino de O Grove reconoció que estos ingresos fueron fruto de las ganancias de obtuvo con el narcotráfico tras asumir la autoría de un delito de blanqueo de capitales que le atribuía la Fiscalía. El reconocimiento de los hechos por parte del acusado y el gran lapso de tiempo transcurrido desde que se produjeron los hechos permitió una rebaja en la condena impuesta por la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas. Así, Eduardo Eugenio Otero Castro fue condenado, en una sentencia dictada "in voce" en la propia sala, a una pena de diez meses de prisión y 200.000 euros de multa.

También fueron condenadas por un delito de blanqueo de capitales por imprudencia su mujer y sus dos hijas, dado que consistieron en que figuraran a su nombre algunos de los bienes que fue adquiriendo con las ganancias que obtenía de forma ilícita. Asumieron una condena de un mes y medio de cárcel que puede ser sustituida por una multa de tres meses al razón de seis euros diarios y multas de 6.500 euros a cada una.

Lo que sí establece la sentencia es el comiso de los bienes supuestamente adquiridos con estos 728.000 euros o el equivalente a este cantidad y que se reseñan en el escrito de acusación del fiscal. El Ministerio Público relata que el acusado adquirió diversas embarcaciones, un atraque en el puerto de Pedras Negras, siete coches de gama media y que construyó el chalet familiar ubicado en el lugar de San Vicente en O Grove, entre otras inversiones.

Este es el tercer implicado en el alijo de aquel buque, el Sara James, que resulta también condenado por blanqueo de capitales tiempo después de aquella operación.