Este expediente se abrió a raíz de una queja del ciudadano vasco Mateo Lafragua, con un doble trasplante de riñón que en su día logró que retiraran los 19 "lombos" que había en los siete kilómetros de carretera entre su casa y el hospital de Bilbao al que acudía a diario para sus sesiones de diálisis. Lafragua visitó hace menos de un mes Pontevedra, y en concreto, los accesos a Montecelo, para exponer su experiencia, con la que elaboró un estudio en el que concluye que los "lombos son un riesgo para los pacientes de las ambulancias por la pérdida de tiempo que suponen (y que puede ser vital en traslados de personas infartadas, por ejemplo) como por la repercusión que tienen en los propios enfermos".