Alrededor de 70 mujeres se reunieron ayer en las Galerías Oliva para disfrutar de una tarde tejiendo juntas y en la calle. No es la primera vez que lo hacen. Van por la sexta edición y están seguras de que la iniciativa se consolidará.

La idea surge de lanas Teresa Tobío que, coincidiendo con un calendario mundial, convoca a las aficionadas a esta técnica a intercambiar ideas. Y le responden.

En una misma mesa coincide Teresa, una mujer que supera los 90 años, con una pequeña de apenas cuatro que se inicia en el arte del ganchillo bajo la atenta mirada de su madre, toda una experta en convertir las madejas de hilo en diferentes prendas.

Una chaqueta de punto para una muñeca, unos patucos para un bebé u objetos decorativos de lana. Cada una de ellas trabaja en un proyecto diferente, el que las relaja; pero todas comparten la misma pasión por este tipo de labores. Se apoyan, se ayudan y se aconsejan en una tarde de ocio en la que se sienten especialmente acompañadas.

Grupos de Campelo, de Marín y de Ponte Caldelas, sin conexión entre si, coincidían ayer respaldando esta iniciativa en la que también se implican las firmas de lanas, que se encargan de enviar algún obsequio para las participantes, que completa los pastelitos y café que ellas mismas aportan.